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Voluntarios europeos para promocionar las virtudes de la Villa de Moya

Canarias Noticias - 09/05/2017
Voluntarios europeos en Moya

Durante toda esta semana se sucederán en diferentes países los actos e iniciativas con motivo del Día de Europa, que se conmemora hoy 9 de mayo. Una efeméride que por cuarto año tendrá un valor especial en la Villa de Moya, gracias al programa Erasmus + del Servicio Voluntario Europeo (SEV) y el proyecto Keep Calm and take a suspiro, impulsado por la Concejalía de Juventud del Ayuntamiento moyense y la Asociación Mojo de Caña, con el que el municipio norteño acoge hasta diciembre a las voluntarias Kseniia Feshchenko y Magdalena Dokowska. Ambas, procedentes de Rusia y Polonia respectivamente, se han unido al joven gastrónomo italiano Gianluca Campanella, quien se encuentra en Moya desde hace unos meses por el convenio entre el Consistorio y la Università degli Studi di Parma, a través del programa Erasmus + for Traineeship y el proyecto Universities for EU Projects' Culture, con la misión de colaborar en la difusión y puesta en valor de los productos ligados al territorio de la Villa, tales como los quesos, las setas o la miel.

Moya tiene unos productos con una calidad espectacular, que dan mucho juego en la cocina”, explica Campanella, licenciado en Ciencias de la Gastronomía y Máster en Cultura, Organización y Marketing de la Gastronomía Territorial, además de haber realizado un curso de Cocina y Ciencia y haber colaborado con el proyecto Bullipedia, del prestigioso chef Ferran Adrià. “Pero una cosa que he notado es que los productores están satisfechos con lo que tienen, no son muy ambiciosos”, lamenta, pues en su opinión “tienen que arriesgar más, son emprendedores, y si no dan a conocer los valores de este territorio entre los turistas extranjeros y locales, están perdiendo oportunidades”. En este sentido, quiere contribuir “a hacerles entender la importancia de hacer equipo todos juntos y un frente común para promover los productos moyenses”, más que hacerse competencia unos a otros se trata de difundir las bondades de Moya como un todo.

Con este propósito, el joven italiano viene trabajando en diferentes ideas para el Ayuntamiento moyense, aunque todavía no quiere desvelar muchos detalles, pues se encuentra inmerso en la redacción de los proyectos. “La gente ve el queso en los supermercados y desconoce casi hasta que proviene de la leche, no sabe lo que hay detrás”, se anima a explicar Campanella, “por lo general estamos muy lejos de la realidad de las zonas rurales”. En esa línea van encaminadas sus iniciativas, “a acercar a los consumidores la elaboración artesanal de estos productos, que conozcan la historia que aguardan y hacer que, con cada bocado, vivan una experiencia global”. De esta forma, afirma, “cuando regresan a sus hogares o países de origen y vuelven a probar el pedazo de queso que han comprado en Moya, reviven ese recuerdo y esa experiencia positiva que explicarán a sus amistades y hará que no olviden nunca Moya”. Y, en el caso particular de las queserías, a las mujeres que regentan la mayoría de estos negocios en la Villa y que “es una de las cosas que me ha encantado y lo que me hizo elegir la propuesta de Moya, poder contribuir a romper la diferencia de derechos y oportunidades entre las zonas urbanas y las zonas rurales y estimular el emprendimiento femenino y luchar por sus derechos”, reconoce Gianluca.

El aterrizaje de Magdalena en Moya fue mucho más rápido y de improviso. Tras seis años viviendo en Italia, adonde llegó desde la localidad polaca de Szczecin, decidió mudarse y buscar proyectos de voluntariado en Canarias, “busqué anuncios por Internet, no disponía de mucho tiempo”, explica, “así que me inscribí a la propuesta de Moya un viernes y el lunes me confirmaron que venía, por lo que apenas tuve unas semanas para gestionar todo y preparar la mudanza”. Diplomada en Italianística y Lengua y Literatura Inglesa y Española por la Uniwersytet Szczeciński y la Università degli Studi di Trieste, en la Villa colabora en las tareas de la Oficina de Información Juvenil y diferentes eventos en el municipio. “Todos son muy amables y me ayudan a conocer un poco más la cultura española y canaria, además, Moya tiene unos paisajes preciosos y la isla es como un pequeño continente”, destaca Magda, como prefiere que le llamen. “Me gustaría organizar eventos culturales con los jóvenes y aportar la experiencia que he adquirido en mis trabajos en galerías de arte y festivales de cine”, explica.

Para Kseniia, cambiar San Petersburgo por la Villa de Moya se le planteó como una oportunidad para disfrutar de una experiencia diferente en el extranjero y aprender español. “Es la primera vez que paso tanto tiempo tan lejos de mi familia, amigos y mis perros y se me hace un poco difícil porque todavía no domino el idioma, extraño un poco” confiesa emocionada la joven rusa, quien poco a poco espera adaptarse a los ritmos e idiosincrasia de su nuevo destino. Es licenciada en Relaciones Públicas, aficionada a deportes como el fitness, surf o snowboard, además de al yoga y al baile moderno, disciplinas que espera le sirvan para ganarse la confianza y la amistad de los jóvenes del municipio con clases y talleres, a quienes también atiende en la Oficina de Información Juvenil. “A cambio de que me enseñen a hacer los suspiros de Moya, que están riquísimos y me tienen encantada”, afirma entre risas.

El Servicio Voluntario Europeo al que por cuarto año consecutivo se ha acogido el Ayuntamiento de la Villa de Moya, tiene como fin estimular el intercambio cultural entre los jóvenes moyenses y orientarles para aprovechar las oportunidades de estudiar o trabajar en otros países y conectarles con Europa. Un sistema internacional de voluntariado al que también pueden acogerse los jóvenes del municipio que deseen participar en los programas de intercambio que se desarrollan en los diferentes estados miembros de la Unión Europea. Tal y como les explicarán las dos voluntarias, además de aportarles toda la información sobre este tipo de proyectos e incitarles a viajar por el continente para adquirir herramientas y habilidades como el idioma o la cultura, que les puedan resultar esenciales para su futuro desarrollo personal y profesional.

La verdad es que están muy pendientes de nosotras y me hacen sentir como una estrella de cine, todo el mundo nos presta mucha atención”, se sonroja y afirma que “en mi país las relaciones son más frías, aquí la gente habla mucho con los demás y están muy animados, me gustaría llevar este carácter a Rusia, aunque yo todavía estoy un poco tímida”. “Te acostumbrarás”, le interrumpe Gianluca, “esa es una de las cosas bonitas de vivir en Moya, la gente es muy amable y no te miran de manera negativa, sino por curiosidad e interés por conocerte y conocer tu cultura”. Por su experiencia estos meses en la Villa, el italiano le aconseja “relajarte y vivir plenamente esta oportunidad, la gente te ayuda, no tengas miedo de preguntarles”.

Y es que Gianluca está ya tan integrado en el municipio norteño y en la isla, que casi se siente un moyense más. De hecho, cuenta, “hace unas semanas vino a visitarme un amigo de Italia y mientras le explicaba los paisajes que estábamos viendo, me di cuenta de que le estaba hablando de Moya como de mi propio pueblo”. “Esto también me gustaría estimularlo entre la gente de aquí”, prosigue retomando los objetivos de su voluntariado en la Villa, “un factor común de las zonas rurales europeas es que no muestran orgullo por su identidad rural, y eso es un potencial y un valor añadido que conviene promover; estimular la identidad de los pueblos y, en ese sentido, Moya es especial”, sentencia.

Especial para estos tres jóvenes que a buen seguro recordarán esta experiencia moyense para el resto de sus vidas. Y quién sabe si seguirán los pasos de una de sus antecesoras en el Servicio de Voluntariado Europeo, Smaranda Rutzui, periodista cultural y especialista en arteterapia, que en 2015 llegó a Moya desde Rumanía para quedarse. Tras ganarse el cariño del pueblo, jóvenes y mayores, con tardes de conversaciones, encuentros de intercambio de idiomas, diferentes eventos y actividades con los usuarios del Centro Ocupacional, Smaranda es hoy una de las responsables del proyecto Moya + joven, impulsado por el Ayuntamiento con el fin de prevenir conductas de riesgo entre los jóvenes y favorecer el desarrollo de su autonomía personal y social, a través de actividades educativas, deportivas y artísticas.

El Ayuntamiento de la Villa de Moya considera que proyectos como el Servicio Voluntario Europeo permiten un importante acercamiento de la Villa al concepto de ciudadanía europea, un reconocimiento de gran relevancia para un municipio pequeño, rural y relativamente aislado, que forma parte de una de las regiones ultraperiféricas de la UE. Se trata pues, de llevar la idea de Europa a una de las comarcas de la Unión más alejadas de Bruselas, para estimular a un segmento de la población que se encuentra en plena transición de la adolescencia a la edad adulta, con la desorientación personal que suelen acarrear esos cambios. Poniendo al alcance de los jóvenes propuestas que mejoren su integración en la vida social, económica y cultural.

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