El deterioro de los ecosistemas y los recursos marinos es el eje central de la Conferencia sobre los Océanos de la ONU, que arrancó este lunes en la sede de la ONU en Nueva York y con la participación de centenares de altos funcionarios, incluidos gobernantes, así como de miembros de la comunidad científica, instituciones y ONGs.
El objetivo de la conferencia es que la comunidad internacional se comprometa a buscar e implementar soluciones concretas para reducir la contaminación marina, conservar y usar de forma sostenible los océanos, los mares y los recursos naturales.
El presidente de la Asamblea General, Peter Thomson, explica que en “lo que esperamos de esta Conferencia es asegurar el cumplimiento del objetivo 14 de la Agenda 2030.” El Objetivo 14 de la Agenda consiste en conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible.
“Las metas de ese objetivo son ambiciosas, pero deben serlo porque los océanos están en peligro por la contaminación del mar, la acidificación de los mares, su calentamiento y la pérdida de oxígeno. Además, estamos al borde del colapso de las poblaciones de peces”, añadió Thomson.
"Cada vez que respiras, estás tomando oxígeno que proviene de los océanos. Sin océanos saludables, tenemos un serio problema (...), es nuestra fuente de vida", explica Thomson.
Según la ONU, los océanos absorben aproximadamente el 30 % del dióxido de carbono producido por el ser humano, por lo que tienen un papel fundamental en la reducción del impacto del calentamiento global.
La conferencia reafirma el objetivo 14 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible adoptada por los 193 Estados miembros de la ONU en 2015, y se apoya también en las aportaciones del Acuerdo de París, textos que para la ONU son "inseparables".
Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible — aprobada por los dirigentes mundiales en septiembre de 2015 en una cumbre histórica de las Naciones Unidas — entraron en vigor oficialmente el 1 de enero de 2016.
Con estos nuevos Objetivos de aplicación universal, en los próximos 15 años los países intensificarán los esfuerzos para poner fin a la pobreza en todas sus formas, reducir la desigualdad y luchar contra el cambio climático garantizando, al mismo tiempo, que nadie se quede atrás.