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Las bromas para bodas: una tradición con mucha originalidad

La última tendencia en las bodas es hacer bromas a los novios e invitados para dar a la celebración un toque de humor y hacer la festividad una experiencia inolvidable

Canarias Noticias - 10/07/2018

Es importante tener en cuenta el estado mental de los novios que pueden sufrir un día de mucha tensión. La intensidad de las bromas puede provocarles ansiedad o convertirse en un verdadero dolor de cabeza. Pero la vida no puede ser tan formal y menos en celebraciones tan importantes como la boda de los amigos o hermanos o primos. Una buena broma, si está hecha desde el cariño y partiendo de la base de que les va a hacer gracia, seguro que con el paso del tiempo es recordada.    

Las bromas que están de moda para las bodas

Los usuarios pueden ver a continuación algunos ejemplos de bromas en bodas que pueden convertirse en el ingrediente diferente y especial para la boda de los sueños de sus familiares o mejores amigos. Algunas de las bromas más osadas y usadas son las siguientes. Estas bromas pueden tomarse y adaptar según la personalidad de los novios, usar otros materiales y otros momentos importantes de la boda como el brindis, el primer baile de los recién casados, el lanzamiento del ramo y del liguero.  

  • Pegar carteles en la comunidad con las caras fotografiadas de los novios al estilo policial de “SE BUSCA”.
  • Cubrir por completo el coche con papel transparente. Su desventaja es que requiere de mucho tiempo y el esfuerzo de varios bromistas. Otro clásico para los coches es colocar muchos globos para sorprender a los novios de una manera muy divertida.
  • La tarta es uno de los elementos más importantes de la boda y que muchas veces genera ansiedad en las novias. Tirar un réplica del pastel puede provocar una situación muy chistosa y cruel a la vez.  
  • El viagra es un clásico. Se le da de beber al novio y se coloca una pastilla para los nervios, pero se llevará una incómoda y muy cómica sorpresa.
  • simular que dos oficiales de seguridad se llevan esposados y arrestan al novio en plena ceremonia.  Esta actuación arrancará risas de los amigos o lágrimas de la novia y de la madre del novio.
  • Llenar de azúcar la cama de los novios. Aunque seguramente los novios no lo notarán por el cansancio y los tragos de más, si se darán cuenta al día siguiente cuando amanezcan con el cuerpo lleno de dulce y hormigas.
  • Un invitado puede disfrazarse de la novia y bailar con el novio. Esto romperá el hielo entre los invitados que no se conocen entre ellos o son más tímidos.  
  • En el inicio de la recepción de la fiesta simular que no hay energía eléctrica en el lugar. Los camareros también pueden ayudar a hacer bromas divertidas con los tragos, bailes y con los novios.
  • Cambiar el vals por una canción más divertida y amena para todos los invitados.
  • Esta broma es otro clásico: regalar monedas de poco valor si el regalo es dinero. Esto tiene varios propósitos: provocar risas, ser creativo e ingenioso con el regalo y obligar a los novios a contar las monedas para luego cambiarlas en el banco.

Y por último esto ya no es una broma sino un clásico prestado de la cultura del cine, especialmente de las comedia románticas: Atar latas y objetos en el coche para saber el momento en que los novios se escapan a la luna de miel. Tampoco puede faltar el momento de mayor diversión en las fiestas como el uso de gorros grandes, pelucas de payasos y divertidos, a mitad de la noche para animar a los invitados cuando la música está en su clímax.  

Lo importante al diseñar y planificar la broma es escoger una que tenga que ver con la personalidad de los novios, quienes son los protagonistas y viven uno de los días más importantes de sus vidas. También se puede contar con la complicidad de los padrinos y las damas de honor para compartir la diversión. Las bromas ,por qué no, también pueden ser en la luna de miel, pero esto si requiere de una mayor confianza para tener acceso a la llave de la habitación del lugar.

Aunque también puede ser muy divertido hacer una broma de recibimiento de los recién casados en su nuevo hogar tras la luna de miel.

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