En otro giro bochornoso de la tuerca separatista cada vez más desajustada y tambaleante, el presidente del parlamento catalán, con nombre y ademanes de personaje de telenovela, convocó deprisa y corriendo, con llamadas y actos de nocturnidad y pseudoalevosia, una sesión del "Parlament" para la investidura del posible nuevo presidente de la Generalidad catalana.
El elegido era, es y será un simple peón venido a menos, tras haber sido el eficaz chico de los recados de los pujoles, ferrusolas y otros personajes de CiU, ahora escondidos en sus casas, camuflajos bajo otras siglas políticas o fugados al extranjero. Ademas de eso, Turull representa la figura de la persona fiel a los dictadores y populistas, situada a su sombra, pero realizando sin inmutarse, concienzudamente, cualquier trabajo sucio que pudiera salpicar a sus jefes. Su propio físico (bajito, algo regordete, con frente prominente y gafitas) y sus ademanes hasta ya de por sí parecen delatarle como un siniestro funcionario.
Como demuestran los videos y las hemerotecas, fue uno de los principales activistas del bochornoso y chapucero pseudoreferendum del 01-10 2017, y, como un predicador de odio más, ha sido uno de los principales representantes del "España nos roba" y el "Estado nos mata".
Empiezan a aparecer cifras de una malversación de Turull de hasta 1,4 millones de euros para favorecer o apoyar a determinadas asociaciones o subvencionar a determinados grupos. Como de momento no le han juzgado, le asiste, todavia, un derecho de presunta inociencia. Pero viendo las características del personaje da hasta vergüenza ajena que unos partidos políticos le hayan propuesto como presidente de la Generalidad catalana, sabiendo que como tal solo podria mantenerse un par de dias. Y es que hay unas 1,4 millones de razones para que este personaje no sea, no solo el presidente de la "Generalitat", sino el presidente de cualquier otra cosa, incluido el de la asociación de canicas de Parets del Vallés.
Y a todo ello se une la fuga de la histérica Rovira.
