ÚLTIMA HORA

EL SEPARATISMO CATALÁN. A GRANDES MALES, GRANDES REMEDIOS

Tras más de una semana de continuos delitos de los separatistas y desobediencias (con seudo-marchas atrás, eso sí, de momento) al Gobierno de España y a las instituciones del Estado, sólo ha habido sanciones leves, sin proporción con respecto a su cuantía y gravedad, pues estamos ante el mayor desafio al Estado desde aquel 23F, con amenazas de independismo unilateral a modo de un golpe de Estado propio de repúblicas bananeras. Ante los delitos, amenazas y provocaciones de los separatistas algunas de las medidas tomadas han constituido ineficaces brindis al sol de la justicia (pues el que a un talibán separatista le digan algo así como que le abrirán expediente o que alguien le ha puesto una denuncia que, quizá, dentro de unos meses podria tramitarse, y que, otra vez quizá, podria conducir a un juicio, sólo sirve para que se carcajeen y les estimule para hacer más de lo mismo). Otras medidas han dejado al Gobierno en ridículo (como el que algunos separatistas dimitan de sus cargos para no hacer efectiva la multa que deberian pagar, lo cual, la penalización monetaria, era, según el Gobierno, una de sus armas más potentes (!?) contra los separatistas).

 

Rajoy, el PP y el Gobierno de España deben saber que, hagan lo que hagan, se les criticará hasta la saciedad ahora y en los siguientes meses. Lo hará la Generalidad y los demás Puigdemonts y Junqueras para buscar una excusa como respuesta al desastre que están ocasionando los separatistas. Lo harán el PSOE y Podemos para intentar alcanzar su deseado poder, con independencia de si el Estado se va al garete en medio de un caos anarquista. Ya Sánchez está criticando "la dureza" (!?) del Gobierno ante lo que está sucediendo.

Y lo harán también esos sesudos periodistas, editorialistas, tertulianos y miembros de la farándula seudointelectual progre, todos ellos grandes demócratas de salón, poseedores de la fórmula magistral para resolver el separatismo, pero en realidad apoyando, al menos por pasiva, a esos separatistas.

 

El creer que en unas elecciones adelantadas por el caos establecido entonces el PP y Ciudadanos podrian obtener mayoría, y así frenar al separatismo y a los demás potenciales desintegradores del Estado, es más que una quimera.

 

Ójala no fuera necesario, pero el Gobierno deberia aplicar el artículo 155 de la Constitución en el mismo instante en que los separatistas comiencen el numerito de meter papeletas en seudournas el 1-0 (si es que antes ya no ha habido otros delitos graves), produciéndose entonces alteraciones del orden público al hacer frente los separatistas, y personas colocadas como murallas humanas, a las fuerzas del Estado que tienen la orden de evitar la desestabilización del país y un golpe de Estado.

 

Por supuesto que la aplicación del artículo 155 es lo que desean muchos separatistas, sobre todo los talibanes de ECR y la CUP, para presentarse como víctimas. Claro que entonces los separatistas harian más ruido y montarian muchas pataletas, cacareando lo del "Estado opresor". Pero están aislados. Nuestra Constitución democrática, la UE y la comunidad internacional protegen y dan la razón a España. Los articulos de la Constitición de todos los paises democráticos están para cumplirlos, en especial, en situaciones de desestabilización del Estado.

 

Por supuesto que tras aplicar el artículo 155 la situación seria dificil, con un gallinero orquestado por los separatistas, apoyados por Sánchez, Iglesias y todos los filósofos expertos en resolver desde su sillón todos los problemas de este mundo. Pero la situación sería igual, o incluso menos dificil, en comparación a lo que sucederia en los próximos meses si el Gobierno siguiera mostrando una escasa determinación y, tras otro bochornoso seudoreferendum (aunque sólo hubiera tenido lugar parcialmente) en el 1-0, se sentara, como si aquí no hubiera pasado nada, con los separatistas para darles lo de siempre: el dinero de todos los españoles.

 

En el caso de que se produzcan esos hechos graves, el Gobierno debe ser valiente. Detrás tiene a casi todos los españoles (casi, porque hay que restar a los separatistas y los que les apoyan, así como a los arriba nombrados filósofos resolvedores de problemas). A grandes males, grandes remedios. La aplicación temporal de la suspensión de la Comunidad Autónoma catalana hasta que se reestableciera el orden y hubiera unas nuevas elecciones autonómicas en Cataluaña serviria también como precedente, quizá preventivo, para nuevos intentos de golpe de Estado por separatismos. 

 

De lo contrario, con multitas que no se pagan (o lo hacen otros por ellos, con colectas y otras fuentes monetarias) y seudo-inahbilitaciones, los problemas aumentarán y España se encaminará lentamente, pero invariablemente, a su desintegración a medio plazo. Al tiempo.

Juan Fernández Sánchez, Stuttgart

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