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EN MI TELE MANDO YO

Los asesinos de imagen recorren Internet a la misma velocidad que la luz, aunque ellos solo incorporen sombras y oscuridades en sus mensajes de odio. La noche del martes Antena 3 estrenó una serie sobre atracos, que ahora están muy de moda en ciertos partidos políticos, pero desde semanas antes ya la redes sociales se inundaron de mensajes sectarios pidiendo el boicot a esa película, que casualmente iba detrás de la semifinal de la Champions Real Madrid-Atlético, que emitía la misma cadena. Si le querían hacer boicot podrían haber empezado los futboleros por no ver el derbi madrileño. Serían mas coherentes, aunque igualmente tontos.

Los descerebrados de Internet de siempre acusaban a una actriz de esa serie de proetarra sin ninguna prueba. Aseguraban en las redes que Itziar Ituño apoyaba a ETA (justo ahora que ETA no existe) y que pedía el acercamiento de los presos al País Vasco. No hay ninguna declaración de esta actriz de apoyo al grupo terrorista, aunque sí ha mostrado sus ideas cercanas al independentismo, como la mitad de la sociedad vasca o catalana, pero eso no es motivo para demonizarla. Está en su derecho democrático.

España es un país multitudinario, multicultural y mutiideológico, donde cada uno puede tener las ideas que le de realmente la gana. El problema viene de los de siempre, de trasnochados reaccionarios, de carcas decimonónicos, de retrógrados ultras que acondicionan cualquier acontecimiento a su imagen y semejanza.

Quisieron que no viéramos el primer capítulo de la serie de atracos como si fuéramos niños de teta, aunque no se sabe si el boicot era por la actriz o porque nos recuerda el estado de miseria política del partido gubernamental con tanto dinero público robado en los últimos años. Si la actriz simpatiza con Bildu, está en su derecho pues se trata de un partido legalizado, aunque su reinvindicación independentista no guste a algunos patriotas de hojalata.

Los totorotas no entienden la diferencia entre independentismo y terrorismo, entre la civilización y la barbarie, entre la paz y la guerra, entre la vida y la muerte. Mostrarse partidario del acercamiento de los presos, sean terroristas o no, al lugar de residencia de la familia no significa apoyar a ETA, y menos ahora que la banda está vencida. ¿Alguien se opondría en las islas a que un homicida o un violador canario cumpliera condena aquí?

Lo más paradójicoo es que son los que se llaman patriotas y gente de orden y honor los que promueven el odio con estas campañas de lelos. Son los mismos que llaman radicales y extremistas a Podemos, los mismos que afirman que Pablo Iglesias busca el enfrentamiento y la animadversión. Cuando hablan estos zoquetes, parece que se estuvieran mirando al espejo.

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