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La Catedral convertida en urinario por gentileza del Ayuntamiento de Las Palmas

¡Se orinan en la misma puerta de entrada a la Catedral de Las Palmas! y en zonas aledañas; lo han hecho mujeres, que rondan la treintena –no estamos hablando de niñas ni adolescentes- durante el “carnaval infantil” celebrado justo frente a la Basílica, en la Plaza de Santa Ana.

 

 

Éste bochornoso espectáculo ocurrió éste sábado 10 de febrero antes de la tradicional celebración de la Santa Misa de las 7 h. de la tarde. Además, los efluvios fisiológicos estaban ya a esta hora acompañados de algún que otro vómito, a pesar de tener a escasos metros, los baños portátiles –ubicados desgraciadamente- también en la misma fachada de la Catedral. Lo expuesto supone una nueva “profanación” permitida y auspiciada por nuestras propias autoridades municipales.

 

 

Estos hechos tienen unos claros responsables políticos: principalmente, el Alcalde, la Concejala del distrito Vegueta y el Servicio de Cultura. A la actual corporación municipal del Ayuntamiento, se les han remitido numerosos escritos en los que se les ha hecho constar y se les ha solicitado lo siguiente:

 

  • Que la Plaza de Santa no es el lugar adecuado para realizar determinado tipo de eventos,especialmente, si éstos contemplan la venta de alcohol, pues dicha plaza y su entorno son una joya arquitectónica y cultural de nuestra ciudad. Además, la denominación y ubicación de “Plaza de Santa Ana” no es casual, sino para resaltar la importancia del templo al que acompaña: la Santa Iglesia Catedral Basílica de Canarias, siendo Santa Ana la patrona de esta ciudad.

 

  • Que la Basílica-Catedral está catalogada como “monumento histórico-artístico”,siendo este lugar sagrado, el referente más importante de la ciudad para los cristianos, cuyo comienzo de construcción se remonta al siglo XV.

 

  • Que es una “enorme falta de respeto ubicar baños portátiles en la fachada de la Catedral”,así como cualquier otro elemento (chiringuitos, contenedores) que tengan relación con el evento que el Ayuntamiento organiza; pues lo lógico y ético es que esta institución se haga cargo y asuma los perjuicios que se derivan de sus propias instalaciones, y no endosárselas a un tercero; en este caso, a la Iglesia.

 

 

 

  • Que nunca, en esta isla, se vio tanta gente borracha por las callescon los “continuos eventos” –que generalmente incluyen la venta de alcohol- que esta corporación municipal fomenta. En el caso del carnaval, además de la presencia en las calles de “gente joven ebria en masa” –que a veces asusta, especialmente a las personas mayores-, también, se observan los frutos de lo que han sembrado: con el pretexto del disfraz, muchas chicas adolescentes –además de alcoholizadas-, van semidesnudas por la calle.

 

  • Que se respeten los horarios de culto con los eventos que realizan (tanto en la fachada de la Catedral como en la Plaza del Pilar Nuevo) como en otras iglesiasque cuenta con plaza aledaña; especialmente: Iglesia de Santo Domingo, Iglesia de San Telmo (distrito centro) e Iglesia de San Francisco de Asís.

 

  • Que sus políticas –especialmente las del partido PODEMOS- tienen un denominador común: atentan velada o expresamente contra los valores cristianosy contra las Leyes de Dios: desde instalar una bandera gay justo frente a la Catedral, a impedir o dificultar en gran medida la celebración de las Misas –como consecuencia de un desorbitado nivel de decibelios- con los eventos que realizan.

 

  • Que dejen de fomentar, propiciar, financiar o subvencionar con fondos públicos, políticas que promuevan la perversión y el desvío a todos los niveles, en la juventud.

 

  • Que los 11 escritos por mí presentados en el Ayuntamiento de Las Palmas y que recogen los motivos expuestos,se corresponden con los siguientes números de registro: 2017-156991; 2017-156996; 2017-157009; 2017-120053; 2017-120054; 2017-120060; 2017-104114; 2017-104122; 2017-93898; 2017-47624 y 2017-47620.

 

 

Sería conveniente tener en cuenta estos datos a la hora de votar en las próximas elecciones; pues de eso sí entienden y ahí si prestan atención nuestros políticos: cuando se les habla de votos, de dinero y de aferrarse al cargo. No les hables de religiosidad, porque eso lo desdeñan como algo del pasado, que no se puede demostrar empíricamente y que además va en contra de sus anhelos; aunque éstos nunca les sacien plenamente, pues esos dioses siempre dejan sensación de hastío, vacío y al final, remordimientos de conciencia. Y luego, cuando ya es tarde, pues a muchos no les queda sino 1 ó 2 décadas más de pedaleo por este mundo, viene el enfrentarse a la eterna verdad que nunca quisieron ver, ni escuchar.

 

 

Al margen de ello, creo que una imagen vale más que mil palabras. Y cuando a las niñas desde la infancia y adolescencia se les inculcan unos valores en los que éstas ya aparecen o simulan estar semidesnudas y subidas a un escenario como proyección de la meta a alcanzar en el futuro, exhibiéndose corporal y plenamente a sí mismas, es que algo muy grave está ocurriendo en nuestra sociedad. Al ver esto, me pregunto: ¿Qué nivel educativo pueden tener los padres que consienten o buscan esto para sus hijas, así como los organizadores? ¿Y por qué no se centra la atención institucional en promover buenos valores, en educar por sendas de formación, en vez de deformar aún más a la ciudadanía?

 

 

Como sabemos, en la educación de cada persona, tiene especial relevancia el entorno familiar, el centro educativo y las instituciones que guían –o deberían guiar correctamente- al pueblo. La tendencia debería ser de mejora, de evolución en todos los ámbitos (moral, físico y espiritual); sin embargo, parece que la realidad no es esa. Hemos evolucionado tecnológicamente, pero se ha promovido el desterrar el componente moral y espiritual en favor de erigirnos como pequeños dioses sin más límite que las propias apetencias, pervertidas e inmersas en una corriente mundana a la deriva; sin la más mínima capacidad para percibir o captar la intromisión del mal en la sociedad, y por ende, en nuestras vidas y en el entorno.

 

 

Hay algo que muchos desconocen sobre la forma de actuar del demonio –ése ser que se supone no existe-: sus víctimas preferidas, a las que más ataca, son las almas de aquellos que se intentan acercar a Dios (sacerdotes, religiosos o laicos), así como las de personas que por su fama (actores, cantantes, etc.) o cargo público (políticos) puedan tener relevancia socialmente y arrastrar a muchos otros tras de sí; y desgraciadamente, algunos de ellos, sucumben. A los demás, no les presta tanta atención, pues o no tienen tanta influencia o los tiene donde quiere: moviéndose a la deriva dentro de la corriente del mundo.

 

 

Somos como esos terroristas que matan otros y creen estar haciendo lo correcto. Y eso lo que se está promoviendo; la cultura de la muerte; pues hay 2 formas de matar: el cuerpo y el alma (la inocencia). ¡Asesinos! Ustedes son responsables del pueblo a su cargo y les han encauzado hacia la perdición; hacia la pérdida de los valores: pudor, decoro, honor y fomentan que se les arrebate la inocencia a los niños, los confunden y los pervierten; y esto es lo que también están haciendo con la “imposiciónde la ideología de género”.

 

 

Es tanto el nivel de desajuste o desvarío social, que me llaman la atención grandes incongruencias actuales:

 

 

Por una parte, observamos “reivindicaciones de corte radicalmente feminista” de todo tipo (sociales, económicas culturales o contra la violencia de género); y aunque nací a principios de los 70, la verdad es que nunca vi ni en mi época estudiantil ni laboral esa discriminación. No digo que no se den casos flagrantes; seguro que los hay; y está bien luchar por lo que es justo, “cuando proceda”. Sin embargo, es absurdo que frente a este movimiento feminista exacerbado, sea al mismo tiempo, la propia mujer la que “ahora más que nunca” se expone ella misma al máximo de sus posibilidades como objeto sexual, denigrando así al propio género femenino; y esto lo vemos a diario y de forma continua en los medios de comunicación, redes sociales, en calle, en todas partes. ¿No es una enorme contradicción?

 

 

Y más o menos ocurre lo mismo con la “ideologíade género”. Creo que se están sobredimensionando problemas, escudándose en una marginación que en muchos casos no se daba –al menos en los últimos años- es decir, confiriéndole a determinados problemas sociales una gravedad que en la actualidad no tienen, para premeditadamente, abrir la puerta a otras cosas en una dirección desbocada y desnortada que se pretende imponer.

 

 

Ante estos temas, la carencia de un componente espiritual impide una visión con perspectiva, clara y objetiva. Quiero decir, que probablemente muchos de los que abogan por estas corrientes no son plenamente conscientes de que están actuando mal, pues al margen de su ateísmo, carecen de parámetros morales o espirituales. Sin embargo, todos tenemos una conciencia que es como un sensor, y que aunque la intentemos acallar para no reconocer nuestros errores, siempre está ahí y nos advierte. Por ello, tanto en la juventud como en la madurez si algo no falla, lo sabemos; y hoy en día, es evidente que ¡socialmente, hemos tocado fondo!

 

 

En este sentido, quienes esperan pruebas empíricas para creer en Dios, nunca avanzan de la “casilla de salida”, pues no funciona así la cosa, sino al revés. Busca en tu interior, ponte esas gafas espirituales invisibles para que comiences a ver el mundo y tu vida con otros ojos; en vez de ver cuerpos físicos, comenzarás a ver almas; en vez de belleza o fealdad, verás bondad o ausencia de ella; en vez de pensar en el dinero como un fin, lo verás como un medio; comprobarás que un camino invisible se despliega ante ti a medida que avances y “te instruyas debidamente”, siendo ése camino más sólido que el otro que considerabas seguro. Y eso es lo que procuro con el blog que realizo www.profeciascambiodeera.blogspot.com ; no se trata de aglutinar calamidades y desgracias para asustar a nadie; se trata de tomar conciencia de la realidad en que vivimos y ofrecer un manual de instrucciones dado por Dios a través de Sus profetas para guiarnos adecuadamente a través de esta vida y este mundo, especialmente en estos tiempos tan convulsos.

 

 

Al final, cada uno es el máximo responsable de sus acciones y de su alma. No es el objetivo final de este artículo condenar irremisiblemente estas deplorables actuaciones que detallo y se están cometiendo, pues son “aberraciones” y “profanaciones”, sino mostrar que existe la posibilidad de tomar conciencia, arrepentirse, instruir a otros y rectificar.

 

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