Tuvo que mendigar y, quizá, pagar (directa o indirectamente) para poder encontrar un local en Bruselas en donde continuar con las mismas mentiras de siempre. Porque el ir por la vida de pacifistas ghandianos ya no se lo creen hasta ellos mismos, que amenzan, rompen cristales de viviendas y comercios, acosan sexualmente de forma verbal a políticas de verdaderos partidos democráticos, ningunean a los que se atreven a denunciar los por muchos conocidos lavados de cerebro en las escuelas, llaman cerdos a los máximos dirigentes de la UE y emplean repetidamente la violencia verbal, llamando, entre otras cosas, carroña y "fascistas" a los catalanes y residentes en Cataluña que no opinan como ellos y quieren vivir en paz sin separatismo alguno.
En el mitin de Bruselas siguió mintiendo con lo de la represión del Gobierno, que sólo ha hecho lo que cualquier pais democrático,y no una república bananera, haria: parar el golpe de estado y comenzar a castigar a los que han delinquido. Continua mintiendo y ninguneando al seguir ignorando en sus mitines a ese más del 50% de personas que se sienten al mismo tiempo catalanes y españoles.
Su catadura moral, como la de A.Mas, es sorprendente, pudiendo modificar con una facilidad pasmosa lo que dice, sin sonrojarse al desdecirse, solo equiparable a la del Pinocho camaleónico del tic-tac amenazador. Pero, además, es un cobarde. Unos pocos gritos de los CUPistas, llamándole traidor, fueron sufcientes para que tuviera una diarrea aguda y cambiara en pocos minutos lo que ya habia acordado. Con esa "mieditis" severa quedó de manifiesto que lo único que deseaba, y desea, era, y es, salvarse así mismo, primero, sin importarle traicionar a otros, y, luego, ante aquellos gritos, salvar el pellejo, eso sí, como A. Mas, solo, y nada más que solo, para liberar al "poble" de la malvada opresión y llevarle al paraiso separatista.
Ya muchos catalanes y otros, como Urkullo, saben lo que vale la palabra de Puigdemont. El que ansiaba ser el primer presidente de la república bananera de Catalandia y los demás separatistas de la ex-Generalidad catalana quizá deberán pronto responder del posible despilfarro económico cometido y también deberán indicar quién paga los viajecitos de Puigdemont y de sus consejeros, entre otros, a Marsella y Bruselas, así como, a partir de ahota, por otros sitios, y quién paga todas esas estancias, quizá como a Puigdemont le gustaria: a cuerpo de rey.
El personaje ha delinquido numerosas veces. Eso de las "garantias" (!?) para regresar es muy práctico y está a la orden del dia de todos los paises democráticos, pues ya se sabe que los delincuentes europeos se largan a otros pasises y solo regresan si las penas no son severas. Como Puigdemont, al que, al parecer, solo le veriamos la cara si recibiera un castigo "light", algo así como una simbólica sanción económica, que, por supuesto, la pagarían otros con donaciones.
Eso sí, mientras esté de vacaciones por falta de "garantias" y antes del siguiente mitin con una maravillosa conferencia de prensa, por favor, que le den un curso intensivo de inglés, pues en "catalofranspanglish" no se le entienden bien algunas falacias
