Si usted pretende expresarse contra la “imposición de la ideología de género” que promueven principalmente las Consejerías y Concejalías -engañosamente denominadas- “de Igualdad”, prácticamente le será imposible hacerlo. ¡No es broma! A esta surrealista situación hemos llegado con este tema que comenzó hace pocos años como una tendencia de mal gusto y que hace menos de una década era totalmente impensable; y mucho menos creíble era, que este desvío estuviera impulsado por nuestros propios organismos públicos.
Carteles como el siguiente, expuestos en paneles públicos “son inmediatamente retirados o tapados” con otros; no por nuestros políticos con sus propias manos, pues se las ensuciarían, quedarían en entredicho y se delatarían, sino por personas contratadas a tal efecto y por miembros del colectivo LGTB. Esto es más propio de una película de la mafia o de un “Nuevo Orden dictatorial a instaurar”, que de nuestras queridas Islas Canarias. Y lo que más llama la atención es que los mismos que piden “respeto” sean los primeros que “no permiten ni respetan opiniones contrarias a sus oscuros propósitos”:
Aquí no se trata de rechazar al pecador, sino al pecado. A lo largo de mi vida he conocido y tengo amigos que son homosexuales, a los cuales considero personas estupendas y simpáticas; pero cuestión bien distinta es dar el visto bueno a un desvío sexual como algo normal que haya que fomentar, inculcar y mucho menos, financiar. Y en este sentido, se ha pronunciado la OMS.
Miren: yo padecí un infarto hace ya unos años, y a lo mejor hoy en día no gusta utilizar esa palabra, pero no por ello cambia el diagnóstico; sigue siendo un infarto. Igual ocurre con el bien y el mal y con los desvíos sexuales. Lo que estaba bien ayer o hace mil años, está bien hoy y estará bien mañana; y lo mismo ocurre con el mal. Por eso,las leyes de Dios son invariantes en el tiempo.
Aunque destinaran más fondos de los que ya destinan a promover la “imposición de la ideología de género” -porque es una imposición-, o aunque el 80% de la población perteneciera al colectivo LGBT, seguiría siendo un desvío contra natura. Y no querer reconocer esto, es intentar acallar o ignorar la conciencia, que es como una brújula interna que siempre nos indica lo que es correcto y lo que no.
Sin embargo, y aunque siempre existió la homosexualidad, resulta que de repente, en nuestros días, parece que algunos creen que todo el orden natural de la creación fue un error, y ahora vienen a “redefinirlo”; es decir, que desde el inicio de la humanidad el ser humano se equivocó y parece que han descubierto –según ellos- que estábamos llamados a un desvío hacia una dirección sin definir, sin tabúes, ni límites de ningún tipo, salvo la propia imaginación asociada a la depravación y perversión del ser (hombre, mujer o híbrido).
¿No será que se empeñan en no ver la acción del mal –en la que ellos mismos están inmersos- y cómo éste se ha ido infiltrando en la sociedad a través de los medios de comunicación y la degeneración mental? Pero ¡claro! para darse cuenta de esto tan evidente hay que saber que el mal existe; si no, todo pasa a ser como una involución progresiva y normal (que muchos de estos colectivos llamarían evolución).
Sé que para muchos partidarios de la ideología de género es más sencillo y conveniente buscar argumentos que rechacen de plano todo lo que se oponga a esta desviada filosofía que ellos persiguen, tales como: “Yo no creo en Dios, ni en el diablo, ni me rijo por ningún tipo de normas o reglas, sino que soy mi propio dios, y quien decide”. Y es cierto que el libre albedrío es un derecho inherente al ser humano; pero éste se puede utilizar bien o mal. Y si uno se quiere engañar a sí mismo y acallar su propia conciencia con planteamientos de este tipo, es libre de hacerlo; pero también debe ser consciente y responsable de las repercusiones y consecuencias que esto conlleva para su alma y en la eternidad.
Pero mucho más grave es cuando para conseguir estos fines y no sentirse uno diferente en la sociedad, se va a inculcar este desvío sexual -en cualquiera de sus pervertidas facetas- a los niños y adolescentes, para confundirlos.
Y esto es lo que se dedican a hacer a pleno rendimiento nuestras instituciones públicas, siendo ya una de sus principales actividades: ocuparse de temas relacionados con el sexo, confundiendo y desviando a nuestros pequeños. Todos sabemos que al niño -desde la infancia y en la adolescencia- hay que guiarlo,como un buen padre o una buena madre hace con sus hijos, porque éstos hoy en día viven en un entorno donde todo lo que les rodea está totalmente impregnado de imágenes del mal, especialmente en la televisión, en medios tecnológicos y publicitarios, así como en la calle.
Si un infante se desarrolla en un ambiente donde ve, por ejemplo, escenas de zoofilia, pensará que es normal tener sexo con animales. Pues algo similar es lo que está ocurriendo. Se está argumentando que el niño debe definir su género por sí mismo mientras crece en un ambiente donde está rodeado cotidianamente por proyecciones de homosexualidad, lesbianismo, transexualidad o una combinación y/o ampliación de todas las anteriores-; y no olvidemos que los pequeños principalmente “imitan lo que ven”. En definitiva, el niño está bombardeado por un mundo desnortado y crece confundido porque unos depravados sinvergüenzas y sin escrúpulos se han propuesto formar una generación a su medida, que contemple los mismos dioses que ellos contemplan: sexo, perversión, depravación, dinero, desvío y todo lo que conduzca a hundirse aún más, pues así actúa el mal.
En este sentido, todas las campañas que vienen realizando las corporaciones de gobierno vigentes y todas nuestras instituciones de forma conjunta (pues vuelven a compartir cartel), contienen mensajes subliminales que incitan al desvío y a la ideología de género. Y esto es lo que han estado difundiendo ya incluso “dentro de los centros de enseñanza”. En este caso, obsérvese que la foto de portada, es una persona que es mitad hombre, mitad mujer:
En otras campañas anteriores:
- Plantean el feminismo como algo positivo pero el machismo como negativo. ¿Y no es tan mala una cosa como la otra?.
- Se han atrevido a hacer celebraciones bajo el título de “orgullo gay infantil”.
- Eslóganes como ¡quiéreme libre!, con lo cual, educan en el destierro del vínculo matrimonial.
En definitiva, un sin fin de despropósitos que parecen no tener límite, y en los que –tal y como indica uno de los rótulos arriba expuestos-, tergiversan y manipulan los nobles conceptos, tales como:
- IGUALDAD: para “imponer la ideología de género”.
- RESPETO: para abrir las puertas, por ejemplo, al Islam (cuya invasión profetizada ya está causando serios problemas en Europa).
- LIBERTAD: no distinguen la libertad con el LIBERTINAJE, y así vemos por la calle escenas dantescas de una juventud no formada en valores.
- PARTICIPACIÓN: preparan a conciencia las campañas con las premisas precisas para obtener los resultados que ya ellos pretendían, y bajo este pretexto, luego implementarlos.
Por tanto, ni se confundan a ustedes mismos y mucho menos, confundan a otros (los vulnerables), pues quienes hacen esto, son plenamente culpables y responsables de tal atrocidad. Si quieren leer la VERDAD “no sujeta a interpretaciones subjetivas” sobre la ideología de género, pueden leerlos aquí: mensajes proféticos sobre la ideología de género ; y a continuación -dentro de dicho apartado-, las noticias, donde se constata los innumerables atropellos que se están cometiendo por esta causa.