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LAS VACACIONES DE DASTIS, UNA ESCUSA SIN EXCUSA

Según la RAE, una escusa es el “provecho o ventaja que por especial condición y pacto disfrutan algunas personas según los estilos de los lugares”. Y aunque escusa también puede escribirse con “x”, lo más normal es que cuando decimos “excusa” todo el mundo entienda “motivo o pretexto que se invoca para eludir una obligación o disculpar una omisión”.

Teniendo en cuenta lo anterior, podemos afirmar que las vacaciones en Ecuador del ministro de asuntos exteriores, Alfonso Dastis; con todos los gastos de estancia y manutención pagos, para él y su familia, con cargo al presupuesto de la embajada española en aquél país, incluyendo vehículo oficial y un amplio personal a su servicio; son una escusa para la que no hay excusa creíble.

Evidentemente, desde el gobierno ya han tratado de quitarle importancia al hecho alegando que no se trata únicamente de un viaje de vacaciones, puesto que el Sr. Dastis lo ha aprovechado para realizar algunos contactos diplomáticos. Viene a ser algo así como si un empleado de una agencia de viajes, mientras se encuentra de vacaciones en algún país, toma nota de las promociones turísticas que le parecen interesantes con objeto de hacer propuestas a su agencia para renovar la oferta turística que la misma plantea a su clientela. Es poco probable que la agencia decida pagar todos los gastos de las vacaciones de este empleado, y mucho menos los de toda su familia. Ni que decir tiene que si, además, ese empleado, por encontrarse en el extranjero, no acudiera a cumplir con sus obligaciones en la empresa, al regreso se encontraría con la carta de despido. Pues eso mismo es lo que debería hacer Rajoy, cesar al ministro cuando vuelva de sus vacaciones después de haberse tomado por “el pito del sereno” la convocatoria de Consejo de Gobierno del pasado miércoles.

Lo anterior no pasaría de anecdótico, dentro lo que ya viene siendo habitual entre los ministros del PP -no hace mucho ocurrió algo similar con el ministro Soria- si no fuera porque, precisamente, buena parte de las personas que trabajan en las embajadas que España tiene en todo el mundo lo hacen como becarios en prácticas sin retribuir.

El número de becarios en prácticas, que hasta el año 2012 eran retribuidas, se han incrementado considerablemente a partir del año 2013, justo cuando con la excusa de la crisis dejaron de serlo por insuficiencia presupuestaria. Al parecer, la insuficiencia presupuestaria afecta a personas que, en algunos casos, cuentan con varias carreras, másteres e idiomas, y que se ven desarrollando una actividad que, más que formativa, es profesional. En cambio, esa misma insuficiencia presupuestaria no parece que afecte a los ministros que deciden viajar con toda su familia a costa del pueblo ya sea en embajadas, en hoteles en Punta Cana o en buques de la armada.

Pero lo más grave no es cuánto le van a costar al estado las vacaciones familiares del Sr. Dastis. Lo más grave, lo peor, lo verdaderamente indignate, es que quienes nos gobiernan se sitúan en un plano diferente al del pueblo, no se consideran parte del pueblo, pues no se aplican a ellos mismos lo que nos exigen a los demás. En pocas palabras, “esto cada vez se parece menos a un estado democrático y más a un reino de la edad media”.

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