ÚLTIMA HORA

MOMENTO DE TENERIFE

Óscar Izquierdo

Presidente de FEPECO - Federación Provincial de Entidades de la Construcción de Santa Cruz de Tenerife

La construcción es uno de los sectores fundamentales de la economía canaria, siempre aprendiendo e intentando con esfuerzo mejorar de los errores del pasado, para vertebrar el presente y afrontar el futuro con garantías. Estamos inmersos en un proceso continuo de profesionalización en todos los niveles y actividades, modernizando estructuras, optimizando recursos, instaurando nuevos procesos productivos, incorporando novedosos materiales, técnicas innovadoras e impulsando la cultura preventiva y el dialogo social.

 La realidad es la mejor escuela y lo vivido se queda siempre como la mejor enseñanza; la crisis padecida en años anteriores fue catastrófica, tanto a nivel personal como empresarial; desde que el sector se paralizó, a continuación como una cadena se fueron estancando los demás sectores económicos en una dinámica de enfriamiento y paralización del conjunto de la actividad económica; sólo cuando la construcción ha empezado a tener síntomas evidentes de recuperación es cuando, a su vez, el optimismo ha llegado y sobre todo se ha notado.

 Estamos en un momento crucial, teniendo que liderar un nuevo paradigma que incorpore digitalización 4.0, metodología BIM, economía circular, eficiencia energética, energías renovables, maquinaria de última generación, cualificación profesional y potenciación de los procesos de reconocimiento, evaluación y acreditación de competencias adquiridas a través de la experiencia profesional, profundización en la prevención de riesgos laborales.  Es el desarrollo sostenible, desde una construcción avanzada y moderna, que permita dar bienestar social a todos, principalmente a través de la mejor política social que se conoce, a saber, la creación de empleo.

 Lo que ha estado y está de nuestra parte lo hemos hecho, estamos comprometidos con nuestra gente y con nuestra tierra, somos conscientes de nuestra responsabilidad como agentes económicos, sociales, que tenemos que aportar nuestra capacidad operativa para levantar y mantener la economía, el empleo y la calidad de vida de los ciudadanos. Queremos ser partícipes, construyendo el progreso de un porvenir seguro, que garantice oportunidades de vida en nuestra tierra.

 Pero nos enfrentamos a dificultades sobrevenidas o ya esclerotizadas, unos responsables públicos, que en muchos casos son incapaces de gestionar diligentemente y con un mínimo exigido de eficiencia sus áreas de competencia y a los que sólo les preocupa su propia supervivencia en el cargo ocupado o unas administraciones públicas que más que facilitar, dificultan y de qué manera, la actividad normal del tejido empresarial, ya sea por su falta de reflejos, lentitud, formas obsoletas de trabajo, poca voluntad de cambio y adaptación a los nuevos tiempos, alta burocratización o endogamia. Se convierten en un muro donde casi todos terminamos aburridos, cabreados y en muchos casos indignados.

 Los continuos retrasos en el comienzo de las obras públicas es desalentador para los ciudadanos, que sufren diariamente las colas y no ven perspectiva de solución a corto o medio plazo; para la economía, que no tiene en marcha a uno de sus pilares dinamizadores; para las empresas, que ven afectadas su productividad; para el sector de la construcción, que desea trabajar, crecer, crear empleo y no puede porque no quiere, sino porque no lo dejan, precisamente por quienes tienen la obligación de facilitarle su actividad, todo un contrasentido difícil de explicar y de entender.

 Las infraestructuras son un factor clave para el desarrollo de cualquier territorio, impulsan la competitividad, además de favorecer la cohesión territorial. La creación de éstas, así como su mantenimiento o mejora de las ya existentes, aumenta la productividad, influyendo directamente en el crecimiento económico. Además, tienen un evidente efecto multiplicador sobre la iniciativa privada o el empleo. Las Administraciones y sus responsables públicos, tienen la obligación de proveer y mantener aquellas infraestructuras básicas que sirvan para el desenvolvimiento dinámico de la actividad económica y de la cohesión social; cuando no se consigue, se está condenando a la mayoría de la sociedad al subdesarrollo, por mucho que se intente disfrazar con fríos datos estadísticos utilizados convenientemente. Unos buenos cimientos aseguran una magnifica edificación, contar con las carreteras que necesitamos, significa consolidar el presente y afianzar el porvenir. No se entiende, que no lo entiendan quienes deberían tenerlo claro y además asumirlo, porque ahora es el MOMENTO DE TENERIFE.

 

Oscar Izquierdo

Presidente de FEPECO

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