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"NORMALIDAD VERSUS IGUALDAD"

Como dice Isabel Agüera Espejo-Saavedra, escritora y maestra: "Tendrá que pasar esta generación, y esperar en que la siguiente, nuestros hijos, entiendan más de igualdad y libertad, si es que los educamos en ello”.

Hace unos días acudí a un evento que se celebró en el Teatro Juan Ramón Jiménez, y al salir, dada la cercanía que une el Teatro y la Comisaria de Policía, se escucharon las sirenas de un coche de policía. Segundos después, tras pasar por delante del teatro donde me encontraba, tuve que escuchar cómo dos señores que estaban a mi lado esperando para cruzar el paso de peatón comentaban entre ellos: "eso es para uno que mató a la mujer". Aquellas palabras retumbaron en mi cabeza como si me hubieran golpeado con un balón de fútbol. El hecho de pensar que una mujer podía haber sido asesinada por su esposo y que aquel señor lo comentara de una manera tan normalizada, hizo que esa noche me costara conciliar el sueño, pensando en que algo no estaba funcionando en nuestra sociedad, máxime cuando algo tan brutal como el asesinato de una mujer fuera comentado como si estuvieran hablando del tiempo.

La violencia de género está entre nosotros desde tiempos pasados, en todas las épocas la mujer ha sido discriminada por ser mujer. Esto implica que, hoy en día, la mujer siga sufriendo maltrato y esté cuestionada en algunos puestos de trabajo pese a que lo desarrollen de forma impecable.

A menudo y dada mi profesión, me encuentro con mujeres víctimas de violencia de género, que intentan dejar atrás el pasado y continuar hacia delante, pero no es un camino fácil, pues en muchas ocasiones su entorno próximo no ve con buenos ojos esa DENUNCIA que por fin se decidió a poner cansada de recibir golpes, insultos, vejaciones. Juan (nombre ficticio) es muy bueno y muy servicial, seguro que ella se lo está inventando, ella tiene que aguantar, para eso se casó con él; Estas son algunas de las expresiones que he escuchado en testificales de familiares, amigos y amigas, vecinos y vecinas de la victima que han ido a declarar al Juzgado con respecto a estos asuntos y que demuestran, una vez más, el machismo que aún perdura en nuestra sociedad.

La mejor manera para que la violencia de género sea erradicada es desde la raíz, mediante una educación plena en igualdad de deberes y derechos para el hombre y la

mujer, una igualdad educacional desde las primeras etapas de las vidas de nuestros hijos y nuestras hijas. Educación que ha de primar tanto en casa como en el colegio, religión, sociedad y demás ámbitos. Necesitamos un nuevo patrón de conducta a seguir que se base en valores de respeto, de igualdad y de no violencia. Debemos, por ello, volcarnos en estas actuaciones que destruyan los tabúes, los prejuicios negativos y las ideas preconcebidas que desemboquen en conductas basadas en la superioridad, en la falta de respeto y en la violencia verbal y física.

Las mujeres y hombres deben tener igualdad de oportunidades, recursos y responsabilidades para que la igualdad sea una realidad.

Si de algo tenemos que sentirnos orgullosos en Telde, nuestra ciudad, es de haber sido pionera en la creación del primer Centro de la Mujer de todo el territorio español. Centro que ha constituido un impulso definitivo a las políticas de promoción y defensa de la equidad, de apoyo y defensa a las mujeres víctimas de la violencia de género y de hacer realidad diversas herramientas como los diversos planes de igualdad, con especial relevancia al último IV Plan de Igualdad de Mujeres y Hombres de Telde 2015-2020 como única estrategia que garantiza la integración del principio de igualdad en la política general y sectorial de la administración local. Se trata de un plan que comienza su andadura en los años 2011-2015, desarrollado gracias a la labor incansable de las técnicas de la concejalía de Políticas de Igualdad del M.I. Ayuntamiento de Telde, que vio la luz y alcanzó su impulso y aprobación plenaria siendo su concejala nuestra compañera Gloria Cabrera Calderín, firme defensora de la necesidad de esta herramienta como compromiso por una igualdad real para esta ciudad.

Por tanto, no quiero cerrar esta opinión sin las palabras de Luisa Nieto Corominas, psicóloga de la Fundación Aspacia, tajantes al respecto: “El hombre maltratador no nace, se hace. Sus golpes en la mesa, sus insultos, sus desprecios, sus palizas y sus asesinatos no vienen codificados en los genes. Tampoco dependen de su etnia, ni del nivel intelectual, ni de la posición económica, ni de sus adicciones. El hombre maltratador tiene al miedo como aliado y al sexismo como cómplice: el perfil del hombre maltratador es el del hombre machista. Así de sencillo. Así de complejo”.

ANA BENÍTEZ SANTANA

Abogada y Vicesecretaria de Políticas Sectoriales de Coalición Canaria Telde

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