Destacados analistas del acontecer nacional en lo económico, social y político, entre otros John Magdaleno, Luis Vicente León y Trino Márquez, consideraban que para la oposición era mejor votar que no hacerlo, siendo la mayoría en un 80% contra la minoría oficialista de un 20%. Las condiciones electorales en el fondo eran las mismas que imperaban en las parlamentarias el año 2015 cuando la oposición le ganó al gobierno. La diferencia en esas condiciones es que las dictaduras endurecen la represión y el ventajismo. En todo caso las prácticas fraudulentas no son ilimitadas y ya el oficialismo estaba en el climax de la manipulación de las decisiones del electorado. Los resultados electorales nos muestran que los votos maduristas no pasaban de los 6.8 millones de votos de hecho abultados por el CNE que se hace evidente, cuando le asigna a Maduro un millón de votos más en el segundo boletín con apenas el 7% de los votos restantes para completar el 99%, cifra bastante difícil de creer. Una auditoría electoral completa, no las chimbas cuando Capriles compitió con Maduro, en la cual no mostraron los cuadernos de votación donde se registran las huellas y firmas, mostraron solamente las papeletas y actas de escrutinios; es decir, no hubo auditoría electoral.
Los resultados electorales del 20 de Mayo de 2018 nos muestran que la abstención fue otro error de sectores opositores que la propiciaron sin ante hacer un análisis integral, con sindéresis, reingeniería y lecciones de Sun Su para enfrentar a una fiera con el poder absoluto. La oposición no se unió para lanzar un candidato único, cada sector actuando por sus intereses particulares y los jefes los partidos políticos actuando como propietarios de los mismos. Por supuesto, no se pusieron de acuerdo para un candidato unitario y actuaron cada uno por su lado, de allí que no planearan una estrategia para actuar ante la decisión de no votar. Se limitaron a una campaña abstencionista sin propuestas alternas , cuestionando al candidato Henri Falcón quien dio un paso al frente ante el vacío del resto de la oposición sin candidato. Dedicaron importantes recursos contra Falcón en vez de enfrentar al adversario común que nos ha conducido a este desastre económico, social y político. Con una votación masiva de la oposición, hoy maduro no fuera presidente, la mezquindad y la diatriba politiquera impidió el triunfo de Falcón.
El politólogo y analista John Magdaleno nos menciona 61 casos estudiados en el mundo, en el tránsito de gobiernos no democráticos a la democracia, cita varios ejemplos de dictadores que han salido por votos o a través de éstos, cuantos han salido por injerencia y presión internacional o por e intervención miitar. Son elocuentes los casos de dictadores que han salido o directamente a través del voto, e indirectamente por la reacción popular ante los evidentes fraudes cometidos. No pretendo resumir los análisis de la investigación de Magdaleno, pero si sugiero que nos detengamos en sus certeras investigaciones y en las de otros investigadores y analistas con miras a alimentar propuestas y acciones futuras para enfrentar esta dolorosa situación que nos está llevando a un colapso en lo económico, social, político y existencial como República soberana, independiente y democrática. Estimo como muchos venezolanos que perdimos una oportunidad para salir de esta dictadura que tiende a ser cada vez más totalitaria. Es más, la abstención logró también que el gobierno obtuviera el control de los Consejos Legislativos Regionales, que les permitirá, ya lo han dicho, despojarle las cuatro gobernaciones de la oposición. Vienen por todo.
Todos los sectores de oposición merecen respeto, hay que dejar las posiciones dogmáticas. intransigentes y recelos de unos con otros, si aspiramos a una unidad integral de los opositores utilizando la sindéresis y la reingeniería con discusiones abiertas y deslastradas de mezquindades y rigideces ideológicas. La verdad absoluta no la tiene nadie, siempre es relativa en política y en todas las áreas del quehacer humano. Seamos humildes en las relaciones con los diferentes grupos. La diversidad en el pensamiento es otra realidad, por lo demás necesaria para dirimir las discusiones y búsquedas de vías de encuentros y acuerdos colectivos que vayan hacia el bien común. La oposición necesita reencontrarse porque así lo requiere Venezuela en estas horas menguadas de la Patria. Estos tiempos de la más grave crisis económica, social y política de nuestra historia republicana nos demanda mucha dedicación con cordura y respeto entre todas las tendencias del pensamiento plural y democrático.
Rafael Piña Pérez
Economista, profesor Titular de LUZ, ex Presidente de Academia de Ciencias Económicas del Estado Zulia
