¿Qué ocurrirá si somos demasiados en el planeta?
Un 11 de julio de 1987 nacía Matej Gaspar en Zagreb, Yugoslavia. A priori, puede parecer un evento de lo más común, pero su importancia fue inmediatamente reconocida: las Naciones Unidas proclamaron que aquel día los habitantes del planeta ascendían a 5.000 millones. "Por primera vez somos capaces de decir que tenemos la habilidad de sustentar a aquellos que vendrán", dijo el entonces secretario de la ONU Javier Pérez con el bebé en brazos.
Sin embargo, apenas dos décadas antes, el biólogo estadounidense Paul R. Ehrlich apuntaba lo contrario en su libro 'La bomba poblacional', donde afirmó que había poco que pudiera detener un "aumento sustancial" de la tasa de mortalidad mundial y predijo que las generaciones de los 70 y 80 serían testigos de una época de hambrunas en la que "cientos de millones morirán de hambre".
¿No cabremos?
En el 30 aniversario del nacimiento de Matej Gaspar, Ehrlich admite a RT que sus predicciones no fueron exactas. De hecho, desde la publicación de su libro ―excepto en 1992-1993― la tasa mundial de mortalidad ha disminuido. "Cualquier científico que haya escrito en 1968 y que crea que escribiría el mismo libro sobre el mismo tema en 2017 no es muy científico", ha destacado.
"Me dejé guiar demasiado, por ejemplo, por los economistas agrícolas que no predijeron qué tan rápida sería la 'revolución verde'. Hay muchas cosas que haría de forma diferente", revela Ehrlich; sin embargo, hace hincapié en que "la historia de base nunca ha sido criticada científicamente". "Para sustentar al número de personas actual con los estándares actuales, en 50 o 100 años necesitaríamos una Tierra y media", alerta.
Ehrlich, que ha llegado a plantear la esterilización como una forma de control poblacional, cree que si el mundo entero consumiera la energía y los alimentos a un nivel similar que Norteamérica la humanidad tendría queencontrar "cuatro o cinco Tierras más" para sobrevivir. "Estamos aserrando la rama sobre la que estamos sentados", alerta.
Qué dice la ONU
El mes pasado, la ONU publicó un informe en el que preveía un aumento anual de la población de 83 millones de personas: en los próximos 13 años, la población mundial crecerá de 7.600 millones a 8.600 millones y hasta los 9.800 millones para 2050. Además, a pesar de la pronosticada disminución en la tasa de fecundidad en los países con altas tasas de natalidad, se estima que la población pueda alcanzar los 11.000 millones a comienzos del siglo XXII.
John Wilmoth, director de la División de Población de la ONU, no ve un alto crecimiento de la población como un signo del colapso de la civilización, sino como una "victoria sobre la muerte prematura". Así, ha afirmado a RT que hay "muy poco" que se pueda hacer para reducir la población y alerta que la clave para evitar cualquier desastre ecológico reside en cambiar los patrones de consumo.
Asimismo, sugirió que la limitación del tamaño familiar ―al igual que la antigua política china que permitía tener solo un hijo― no es la solución para garantizar un futuro más sostenible. "Cuando hablas de cambiar el número de personas que viven en el planeta, hablas de ir a los dormitorios de las personas e interferir en sus decisiones más íntimas", explica.
"Cambiar radicalmente las tendencias de la población requeriría acciones que son simplemente inadmisibles, ya sea liberando gérmenes para que mucha gente enferme y muera o la esterilización forzada de hombres y mujeres", concluye.