SÁHARA
Soldados saharauis de España piden la condición de víctimas del terrorismo
Mohamed vio a su padre servir como policía del Ejército español en el Sahara Occidental y también cómo luego fue apresado durante años por parte del Frente Polisario, por eso pide para su progenitor y los saharauis que vivieron historias como la suya el reconocimiento de España como víctimas del terrorismo.
Mohamed Ould Mohamed se crió junto a sus hermanos en la ciudad Echdeiria, al norte del Sáhara, mientras su padre, Mohamed Lamin, recorría desde 1968 ciudades y poblados nómadas en el desierto como miembro de la Policía Territorial de la antigua colonia española con el objetivo de "velar por la tranquilidad de la gente", explica su hijo en Puerto del Rosario, donde reside desde hace tres años.
Meses antes de la Marcha Verde organizada por Marruecos en los últimos momentos del franquismo, el incipiente movimiento independentista saharaui, el Frente Polisario, protagonizó una guerra de guerrillas contra las tropas españolas que dejó como balance decenas de muertes y secuestros.
Mohamed relata cómo el Frente Polisario empezó a "secuestrar a los soldados españoles de origen saharaui" y cuenta cómo su padre fue uno de ellos, cuando en julio de 1975 fue raptado por miembros del movimiento independentista.
"A los saharauis se les obligaba a renunciar a ser policía español, pero mi padre era un policía normal que se llevaba bien con toda la gente", explica. Como se negó a dejar el cargo, finalmente, fue secuestrado y recluido en cárceles del desierto de Tinduf (Argelia) junto a presos españoles y europeos.
Mohamed lamenta que a finales de 1975, el Gobierno español comenzara a negociar la liberación de los prisioneros españoles con el Frente Polisario, "pero, en cambio, dejara a los policías españoles de origen saharaui en las prisiones del Polisario".
El padre de Mohamed permaneció encerrado tres años "bajo humillaciones, torturas y amenazas" en unas prisiones donde "llegó a morir un policía español de origen saharaui", sostiene.
Mohamed Lamin fue puesto en libertad aunque siguió bajo vigilancia y trabajando para el Frente Polisario en uno de sus cuarteles hasta que envejeció y, enfermo por las secuelas de las torturas, marchó a una jaima del campamento de Smara, en Tinduf.
Allí, le esperaban su mujer y sus hijos hasta que falleció en 2014 "abandonado y traicionado", sostiene su hijo.
En 2003, Mohamed hijo solicitó una pensión para su padre al Gobierno español, que le fue denegada por no reunir el periodo de 20 años de servicios. "Pero mi padre no se dio de baja, sino que fue hecho prisionero", argumenta, mientras añade: "ni siquiera fue liquidado por los años de servicio".
Mohamed, que asegura no ser promarroquí ni prosaharaui, reclama justicia "como se ha hecho con los españoles y europeos que fueron secuestrados" y pide que se les reconozca a su padre y al resto de soldados españoles de origen saharaui el "mérito porque fueron soldados plenos y también se merecen que les den los derechos".
El saharaui pide ayuda a las asociaciones españolas y abogados para que se abra una investigación con la que se presione al Polisario y "diga la verdad". "Porque creemos que algunos de los secuestradores que estaban torturando a los prisioneros saharauis y españoles en las cárceles del Polisario están en España, e incluso viviendo de las ayudas del Gobierno español", denuncia.
Mohamed lleva más de 25 años pidiendo el reconocimiento y justicia para los saharauis que trabajaron bajo el paraguas del Ejército español. En este tiempo ha enviado cartas al anterior rey de España, Juan Carlos I, y al exministro de Defensa, José Bono, quien le contestó asegurando que daría traslado a un subsecretario para que estudiara el caso, aunque no hubo más respuesta.