Un plan perfecto
Tras esta conversación, acordaron que el potencial asesino llevaría un micrófono oculto cuando hablara con la ideóloga del plan para registrar cómo le ofrecía una recompensa económica por llevar a cabo el asesinato y poder presentar esa grabación a las autoridades.
Durante ese encuentro, María Sosa expresó que quería a su esposo muerto. Su cónyuge mostró la reproducción de esa declaración a la Policía del Condado de Montgomery y, con el apoyo del FBI, los oficiales idearon una emboscada.
Así, maquillaron a Ramón Sosa para que pareciera que había fallecido por un disparo en la cabeza, le pidieron que se tumbara sobre una fosa cavada en el desierto y fotografiaron esa presunta ejecución. "Pretender que estaba muerto fue terrorífico", confesó la presunta víctima.
老婆雇凶杀我?雇的还是我朋友!这狗血剧才刚开始
— 世界杂闻 (@shijiezawen) 8 de noviembre de 2017
下面这个男人名叫Ramon Sosa,今年50岁,是一名美国拳击教练。 Rahttps://t.co/5njZfcdTTU pic.twitter.com/vEKHuAtKQH
Un agente que simuló ser el sicario autor de los hechos se encontró con María Sosa en un estacionamiento y le mostró las instantáneas: "Aparentemente, ella se rió", indicó el supuesto finado.
Tras su arresto, la conspiradora se declaró culpable de solicitar un asesinato y fue condenada a 20 años de prisiónen octubre de 2016. A pesar de seguir vivo, Ramón Sosa aseguró que "nunca seré el mismo hombre".