Medio Ambiente detecta la presencia de dos especies de coral potencialmente invasoras en aguas de Canarias (VIDEO)
En los Puertos de Las Palmas de Gran Canaria y el de Santa Cruz de Tenerife
La viceconsejera de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias, Blanca Pérez, informó hoy sobre la presencia de dos especies de corales exóticos (Tubastraea coccinea y Oculina patagonica), potencialmente invasores, en aguas del Archipiélago.
Tubastraea coccinea
Oculina patagonica (Foto: Cristina Camacho)
Pérez explicó que las acciones llevadas a cabo desde 2015 por el Servicio de Biodiversidad de la Viceconsejería, la vigilancia de los voluntarios de la Red Promar y, más concretamente, los estudios desarrollados desde la puesta en marcha en 2016 del Proyecto MIMAR, han permitido constatar la presencia de estos corales en las proximidades de los dos grandes puertos canarios: el de Las Palmas de Gran Canaria y el de Santa Cruz de Tenerife.
Si bien, la presencia de Oculina se limita al entorno del Puerto de Las Palmas de Gran Canaria, también se ha detectado la presencia de Tubastraea en zonas más alejadas, como Las Alcaravaneras, Jinámar y El Cabrón, todas ellas en Gran Canaria. En Tenerife, por el momento, su presencia se circunscribe a las aguas del puerto capitalino.
Blanca Pérez -que estaba acompañada por la directora general de Protección de la Naturaleza, Susa Armas, y por Leopoldo Moro, técnico del Servicio de Biodiversidad- señaló que los resultados de los estudios realizados por el Proyecto MIMAR y de las observaciones de los voluntarios de la Red Promar han permitido al Dr. Doctor Alberto Brito, catedrático de la ULL, y varios colaboradores -entre ellos, técnicos del Servicio de Biodiversidad de la Viceconsejería de Medio Ambiente- publicar un artículo en la Revista Vieraea.
En dicho artículo se concluye que, sin lugar a dudas, ambas especies han sido introducidas en aguas de Canarias por el tráfico marítimo y, en el caso de la Tubastraea, ha sido transportada por las plataformas petrolíferas que llegan a los puertos de las dos capitales para ser reparadas, provenientes de zonas tropicales del Atlántico (Brasil, Caribe, Golfo de Guinea), de Indonesia y del Mediterráneo. El incremento de la temperatura superficial del mar debido al calentamiento global ha favorecido el asentamiento de estas colonias de Tubastraea y Oculina en el Archipiélago.
Leopoldo Moro explicó que la Tubastraea coccinea es una especie exótica potencialmente invasora, pero, hasta ahora, en Canarias, mantiene una distribución puntual. Y, aunque está demostrada su capacidad de expandirse rápido y recubrir los fondos en altas densidades en ecosistemas arrecifales, nada se conoce de su efecto en ecosistemas no coralinos de tipo subtropical, como es el caso del Archipiélago.
En cuanto a los pasos que se están dando para el control de estas dos especies de coral, Blanca Pérez recordó que el Proyecto MIMAR, liderado por Canarias y cofinanciado por fondos FEDER a través del Programa INTERREG V-A MAC 2014-2020, tiene como uno de sus objetivos específicos mejorar el conocimiento sobre las especies exóticas que llegan a los puertos de la región macaronésica y sus vectores de entrada, desarrollando protocolos, sistemas o mecanismos para su prevención y control.
En este sentido, en el marco del MIMAR, con el fin de controlar la proliferación de ambas especies, se ha encargado en 2017 un estudio para la caracterización y delimitación de la superficie ocupada por estos corales en los ámbitos portuarios, lo que permitirá definir la estrategia para su erradicación.
La viceconsejera recalcó la importancia de desarrollar protocolos para el control y la vigilancia de las especies exóticas introducidas y reducir así la probabilidad de nuevas colonizaciones.
Por otra parte, señaló que en los presupuestos de 2018 está prevista una partida destinada a la puesta en marcha de acciones inmediatas para la prospección, delimitación y eliminación de las colonias de Tubastraea coccinea que se hayan detectado en el medio natural.
Finalmente, tanto Blanca Pérez como Leopoldo Moro insistieron en la necesidad de contar con la colaboración ciudadana para la detección de posibles especies invasoras, en este caso, encausada a través de la Red Promar, que actualmente cuenta con más de 700 observadores voluntarios.