El FC Barcelonsa Lassa cumplió con los pronósticos superando al Herbalife Gran Canaria en la segunda semifinal de la Copa del Rey (74-87), en un partido que solo pudo desequilibrar en los minutos finales, y ahora se medirá al Real Madrid en una final clásica.
El tridente formado por Pierre Oriola, Pau Ribas y el galo Thomas Heurtel acabó sentenciando a un conjunto canario que se fue diluyendo en el último cuarto ante la superioridad en el rebote de los catalanes.
El encuentro arrancó con la misma tónica de los cuartos de final: partido frenético y efervescente en ataque, con intercambios de golpes que presagiaban un nuevo duelo de guarismos altos (7-7 tras los primeros tres minutos de juego).
Un tapón de Pablo Aguilar sobre el croata Ante Tomic, con posterior bandeja del andaluz, propició la primera ventaja amarilla (9-7), pero fue un espejismo. Dos canastas seguidas del finlandés Petteri Koponen volvieron a poner en vanguardia al Barça (9-14).
Las pérdidas de balón empezaron a pasar factura en esos momentos al equipo isleño, hasta que un triple del argentino de Nico Brussino les dio oxígeno (12-16).
Sin embargo, los errores se multiplicaron en ambas zonas, concluyendo el primer cuarto con una balsámica ventaja para los azulgranas de 15-21.
Sin Balvin en pista, el Barcelona se adueñó del rebote, incluso en ataque, aunque un mate de Anzejs Pasecniks y un posterior tiro de dos del propio pívot letón metían en la pomada a los locales (19-22).
No obstante, Ribas afinó su puntería y con dos triples seguidos forzó un nuevo tiempo muerto por parte del técnico amarillo Luis Casimiro (19-28, a 7:39 para el descanso).
Con esa ventaja del rebote, el Barcelona estiró la racha hasta obtener una renta de 10 puntos (26-36), situación que consiguió maquillar el sueco Marcus Eriksson desde el perímetro con cinco triples (35-37).
El escandinavo siguió por sus derroteros, pero un repunte del francés Thomas Heurtel, con dos lanzamientos impecables, consiguió frenar la enérgica respuesta canaria, que se despedía con ligera ventaja al descanso (43-41).
En la reanudación, Oriola retomó el liderazgo anotador del Barça, mientras que los pupilos de Casimiro se multiplicaban ahora en la zona, pero era insuficiente. Sanders y Tomic ponían tierra de por medio con un parcial de 0-11 (49-59).
Con tal cortocircuito, el Herbalife se diluyó con varios errores ofensivos, cosa que aprovechó el equipo catalán para cerrar el tercer periodo con ventaja de doce puntos (56-68).
No había margen de error para los amarillos. Brussino y Báez intentaban reducir la desventaja pero el técnico balcánico Svetislav Pesic blindó la zona para evitar sorpresas. El Granca se veía obligado a buscar alternativas en el exterior, con Pasecniks como una pequeña isla sobre la pintura.
La ecuación salió de perlas para el Barcelona. Oriola erosionaba la defensa amarilla con su polivalencia, mientras los insulares veían que la pólvora estaba más que mojada (67-78).
Al final, el dominio del rebote aupó a los visitantes mientras que el anfitrión se quedó sin fuelle para apelar a la épica. Un triple de Heurtel y una bandeja de Ribas terminaron por sentenciar el choque (74-87), consiguiendo así el billete para la final.