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Hospital Parque advierte que el abuso de analgésicos sin control médico puede agravar las migrañas

Las migrañas afectan al 12% de la población canaria, siendo las mujeres de 25 a 55 años el colectivo con mayor incidencia

Canarias Noticias - 30/07/2018

El abuso de analgésicos sin control médico para el tratamiento de la migraña puede provocar que dicha enfermedad adquiera un carácter crónico, advierte la neuróloga de Hospital Parque Alessia Pepe.

 Añade que uno de los principales problemas es que muchos de los afectados recurre a la automedicación para combatir dichos episodios y afirma que el consumo de más de diez analgésicos al mes para abordar esta patología puede desencadenar dicho efecto. Por ello, insiste en la conveniencia de que se acuda al especialista con el fin de prescribir el tratamiento adecuado a cada caso, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de una patología recurrente y que presenta un elevado efecto invalidante.

 El 12% de la población canaria padece esta enfermedad, que triplica su incidencia en el colectivo femenino, en especial con edades comprendidas entre los 25 y los 55 años.

 Aunque aún no se conocen las causas, la migraña se produce como consecuencia de la activación o irritación de las fibras del nervio trigémino, que va unida a la liberación de sustancias que producen una inflamación en las meninges. Esto genera un dolor intenso unilateral, pulsátil, a lo que se suma la aparición de fotofobia, sonofobia, náuseas y vómitos.

  Los episodios de malestar se prolongan por espacio de cuatro a 72 horas, con una repetición de una a dos veces cada mes en los casos más leves, mientras que en los crónicos su duración puede prolongarse durante 15 días al mes.

 En un 30% de los casos la migraña puede ser precedida por síntomas neurológicos denominados aura, caracterizados por cualquier combinación de anomalías visuales, hemisensoriales o del lenguaje. Cada síntoma se desarrolla durante al menos cinco minutos y dura hasta un máximo de una hora. El aura más común es la visual, consistente en una luz brillante o el agrandamiento de un punto ciego con borde brillante o líneas dentadas en la visión periférica.

 

Factores desencadenantes

 Esta patología cuenta con un marcado componente genético y está vinculada a la presencia de varios factores desencadenantes como cambios hormonales,  estrés depresión, ansiedad, trastornos del sueño y al consumo de algunos alimentos o alcohol.

 Alessia Pepe explica que el diagnóstico de las migrañas se centra en la historia clínica del paciente, así como en la valoración de los factores que predisponen a padecerla y en la frecuencia.

 Señala que uno de los principales problemas de esta enfermedad es su carácter invalidante, teniendo en cuenta que más del 85% de los afectados se ven incapacitados para realizar una vida normal durante estos periodos de crisis.

 Insiste en que el tratamiento adecuado es fundamental para evitar que se convierta en crónica. Para ello, se recurre a la administración de antiinflamatorios y otros medicamentos específicos, como los triptanos.

 En aquellos casos en los que la crisis aparece más de ocho veces al mes o en caso de crisis de difícil manejo o muy invalidantes se recurre a tratamientos preventivos diarios mediante betabloqueadores, antidepresivos y antiepilépticos, durante un periodo de tres a seis meses, que reducen tanto la intensidad como la frecuencia.

 Por otro lado, la neuróloga de Hospital Parque apunta que, en el caso de la migraña crónica, considerada como tal la que supera los 15 días al mes durante tres meses, la toxina botulínica supone una alternativa efectiva, ya que en el 70% de los casos se obtiene una buena respuesta.

 Esta terapia se aplica mediante la inyección de bótox en la frente, las sienes y detrás del cuello cada tres meses, aplicado como tratamiento único.

 No obstante, advierte que todos los tratamientos de las migrañas deben ir acompañados de pautas de vida saludables, que contemplen evitar el estrés, la ansiedad, mejorar la calidad del sueño y eliminar el consumo de alcohol y tabaco y, en determinados casos, de alimentos como el chocolate o el queso curado.

 

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