TELEVISIÓN
Gema López, harta de guardar silencio, desvela quién es el verdadero Gustavo González
Los colaboradores de Sálvame se reencuentran por primera vez tras la publicación del controvertido polígrafo de María Lapiedra
El polémico polígrafo al que se sometió el miércoles pasado María Lapiedra para la revista Lecturas ha supuesto el golpe definitivo a la relación de amistad entre su ex Gustavo González y Gema López. En la sesión de tres horas con Conchita la poligrafista, la exactriz porno habló sobre la supuesta traición del paparazzi a su compañera de la que habría filtrado la noticia de su separación y el comienzo de su relación con un compañero de Telecinco.
Este lunes, Gema y Gustavo se vieron las caras por primera vez tras la publicación de la revista. Un encuentro en el que la periodista salió victoriosa y que abrió una brecha entre ambos difícil de cerrar. La tertuliana recriminó su actitud y le advirtió de las consecuencias de sus actos: "Creo que me he ganado el respeto, cuando otros lo han perdido. No me hacen falta las disculpas ni los arrepentimiento. Ha habido tiempo suficiente para ello, pero no has dado la cara. Ahora ya es demasiado tarde. Dejo aquí este asunto, porque así me protejo a mí y a los míos".
"Durante este año y medio has levantado el teléfono para pedirme cosas y para que te escuche", le recordó sorprendiendo al resto de sus compañeros. "Me he ido de aquí con muchos disgustos que me he llevado, por cosas que no eran asunto mío. No es hora ni de explicaciones ni de disculpas. Creo que he sabido estar a la altura de las circunstancias y que he pedido perdón cuando me he equivocado", concluyó la colaboradora.
Gustavo por su parte, no supo hacer frente a las críticas de su compañera. Por un lado, no quiso desmentir al completo las palabras de su expareja, según sus compañeros no le conviene enfadarla para evitar que desvele nuevas intimidades, y por otro, no defendió al completo la versión de Gema: "Jamás he comercializado con nada. Lo que se cuenta en la revista no es del todo cierto. Ojalá algún día tenga ocasión, no de lavar mi conciencia, sino de que escuches algo y, si tengo que hincar rodillas y pedir disculpas, te aseguro que lo haré en la intimidad".