La galería Marlborough acoge la primera exposición póstuma de Martín Chirino

La galería barcelonesa Marlborough exhibirá entre el 16 de mayo y 15 de junio la primera muestra póstuma del escultor Martín Chirino que, titulada 'Mover el Horizonte', que consta de once esculturas y diversas láminas, informa este viernes la Fundación del artista grancanario.

La muestra, que se complementa con la última exposición que realizó en vida el escultor, en la Marlborough de Madrid, 'Martín Chirino en su Finisterre', a comienzos del pasado año, se compone de láminas de diversos períodos y esculturas en hierro y bronce.

Consta de sendos 'Aeróvoros' y 'Cabezas', una en bronce y otra en hierro, en cada caso; un 'Viento'; una pieza de la serie de 'Homenajes a Marinetti', fundador del futurismo; dos 'Alisios'; un 'Violonchelo', de la serie de Homenaje a la Música; y los mencionados dibujos, en los que el artista plasma las tres dimensiones propias del trabajo de las esculturas.

"Chirino sitúa el origen no a nuestras espaldas, sino delante de nosotros", manifiesta el escritor Rafael Argullol, autor del texto del catálogo, titulado 'Cantos a lo invisible'.

El también catedrático de Estética de la Universidad de Barcelona elogia ahí la extraordinaria capacidad "intelectual y reflexiva" de Chirino a la hora de afrontar sus piezas, con "una férrea voluntad de descubrir lo invisible a través de lo tangencial y de lo oblicuo", y destaca también su destreza para "apuntalar la ingravidez en la órbita de Julio González, Giacometti o Henri Moore".

"El viento siempre ha sido una de las metáforas más poderosa de lo numinoso, si entendemos aquí lo divino como la fuerza indescifrable que nos interroga sin mostrarse. No vemos el viento, pero vemos lo que él empuja, levanta, crea, destruye. No hay un fenómeno más idóneo para ilustrar el ideal de Chirino de transformar, aunque sea fugazmente, lo invisible en visible", explica Argullol.

Otra de las metáforas clave en la obra de Martín Chirino son el vuelo -que define como un "éxtasis refinado, sutil, de extraordinaria delicadeza"- y la ola -"una delgada ola metálica que avanza lentamente por el mar del mundo"-, analiza Argullol.

"Frente a la recta, que nos sugiere inevitablemente el dominio de un tiempo lineal, con pasado, presente y futuro encadenados, la espiral, la elipse o el círculo nos invitan a pensar en otro tiempo, en un retorno al origen que está colocado, no a nuestras espaldas, sino ante nosotros. La memoria es un bucle por el que nos deslizamos, simultáneamente, en todas direcciones", concluye el escritor.