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RECETA

Sopa de algas, tofu y noodles

La elaboración de esta receta, para unas seis o siete personas, es muy sencilla y todo el proceso no dura más allá de unos 30 minutos

Dado el clima sociopolítico que se está viviendo en España, tratando de desconectar de tanta demagogia, indignidades y mentiras de los políticos, parece prudente alejar lo más posible la mente de esas cosas que ellos no nos dejan controlar. Por eso, en una primera etapa, es bueno acercarnos hasta al extremo oriente, cercano a las antípodas, y degustar algunas de sus sutiles y sorprendentes recetas japonesas, chinas o de la Conchinchina, aunque por razones de nuestra tradicional cultura culinaria, les demos un toque occidental. Es eso que llaman cocina de fusión.

Hoy toca preparar una sopa de algas, zanahorias, tofu y fideos tipo udon noodles. En esta ocasión se va a emplear el alga tipo kumbu y el tofu duro natural. La elaboración de esta receta, para unas seis o siete personas, es muy sencilla y todo el proceso no dura más allá de unos 30 minutos

Lo primero que hay que hacer es hidratar las algas, que se pueden adquirir en muchos supermercados y, como no podía ser de otra forma, en las tiendas de alimentación orientales. Se llena de agua un calderito y se pone un pequeño manojo de algas kumbu secas, teniendo en cuenta que como mínimo van a triplicar su volumen. En un ratito ya estarán listas y parecerán espaguetis, largos y de un color verde oscuro, con un evocador olor a mar.

En un caldero alto, se pone un litro y medio de agua a hervir, con un poquito de sal y un chorrito de aceite de oliva. Mientras tanto se raya una zanahoria y se va picando en dados un trozo de tofu, en este caso como un tercio del paquete. Cuando hierva el agua, se incorpora la zanahoria rayada, las algas y el tofu.

Para preparar esta receta al más puro estilo japonés, hay que usar miso. Pero como no lo tenía en estos momentos, siguiendo mi intuición, preparé una especie de aliño similar al que uso en las sopas chinas de verduras y millo, con o sin pechugas de pollo cortadas en tiritas. En un cuenco se pone un poco de agua para disolver una cucharada de Maizena. Después se añaden cinco cucharadas de vinagre de arroz (alternativamente vinagre de manzana), tres de salsa de soja y opcionalmente un toque de aceite de sésamo para aromatizar. Se reserva la mezcla o si ya la sopa está de nuevo hirviendo, se vierte en el caldero y se revuelve todo.

En paralelo a lo anterior, se ha puesto a hervir agua para cocinar los noodles, esos deliciosos fideos japoneses. Cuando hierva el agua, se añaden los noodles y se dejan por 5 o seis minutos (o según aconsejen las instrucciones del fabricante). Pasado ese tiempo, se escurren en un colador y se les remoja en agua fría. Es el momento de añadírselos a la sopa. Se deja unos cinco minutos, revolviendo de tanto en tanto para que se integren bien los sabores y listo.

¡A comer y a disfrutar imaginando ver pasar a unos samurais o a unos monjes budistas e invitándolos a degustar nuestra sopa chino-japonesa!

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