Con la llegada del verano, y con ello el buen tiempo, muchos nos tomamos unas merecidas vacaciones y optamos por ir a lugares como la playa, o la montaña, para desconectar de la rutina diaria.
En estas fechas, ir a la playa, o la montaña o, simplemente, quedarse en la ciudad, expone tu piel a los rayos solares. Y, aunque esto es así, no debes olvidar que la protección de la piel de los rayos solares debe llevarse a cabo durante todo el año.
Si deseas disfrutar de un verano sin problemas, sólo hay que tomar ciertas precauciones, para evitar los efectos de la radiación solar. Para mantener una piel sana e hidratada, durante todo el año, aquí te recomendamos 1001 cremas.
No exponerse al sol directamente, en las horas centrales del día, es decir, entre las doce del mediodía y las cuatro de la tarde, ya que en este tiempo el sol se encuentra en su posición más vertical, y sus rayos inciden más directamente sobre nosotros.
Lo mejor, para evitar posteriores problemas en la piel, es empezar a tomar los rayos del sol de manera gradual. Por ejemplo, la primera exposición al sol podría ser de alrededor de diez minutos y, posteriormente, ir aumentando poco a poco esa exposición al sol.
Las mejores cremas de protección solar recomiendan utilizar, como mínimo, un factor de protección solar (SPF 30) o superior, y que la crema proteja de los rayos ultravioleta B y A.
Hay que aplicar la crema de protección solar sobre la piel totalmente seca. Y es muy importante que la piel quede bien cubierta.
Además, debe repetirse la aplicación de la misma cada media hora y siempre después de bañarse.
Hay que prestar una mayor atención a zonas especialmente sensibles del cuerpo como la cara, el escote o los hombros. Esto es muy importante.
También los labios, los ojos, e incluso el cuero cabelludo, son susceptibles de sufrir los efectos del sol. Utiliza un factor de protección facial específico y un bálsamo labial.
Se debe tener especial cuidado en las cicatrices, sobre todo en los primeros años.
Para que la crema haga su efecto y penetre en la piel, las cremas de protección solar deben aplicarse, como mínimo, media hora antes de la exposición al sol.
La aplicación de las cremas de protección solar debe repetirse cada dos horas. Además, como dijimos anteriormente, debe volver a aplicarse después de bañarse. Existen cremas waterproof que resisten más sobre nuestra piel cuando estamos en contacto con el agua.
Usar la ropa apropiada te protege contra la radiación dañina de los rayos UV y ayudará a minimizar la insolación.
Otra manera para protegerse del sol en verano es tomar mucha agua o líquidos en general, para así estar hidratado constantemente y evitar las deshidrataciones.
El consumo de fruta es también una gran opción para hidratarte.
Exponernos a los rayos solares por mucho tiempo puede ocasionarnos una insolación o quemaduras en la piel, que reducen la elasticidad de la misma. En pocas palabras exponerte mucho a las radiaciones del sol te hará envejecer más rápidamente.
Las gafas de sol sirven para absorber la radiación de los rayos UV y ayudan a proteger los ojos de los daños causados por el sol. La vista es muy vulnerable a los rayos solares, por eso hay que cuidarla. Es recomendable utilizar lentes que especifiquen que tienen protección sobre los rayos UV.
Existen medicamentos que son incompatibles con una exposición prolongada al sol. Para evitar una reacción fotosensible, lo mejor es consultar el prospecto del medicamento, ya que nos indicará si puede llegar a ser perjudicial para la salud. Pero ante cualquier duda es muy importante contactar con un médico o un farmacéutico.
Recuerda que una vez abierta la crema de protección solar tiene una caducidad de un año por lo que no se deben utilizar de un año para otro.
En definitiva, lo que hay que tener es precaución y un poco de sentido común. Cuidarnos a nosotros mismos y a las personas que dependen de nosotros, por ejemplo, a los niños, en esta época del año, es fundamental para la salud.