Préstamos rápidos sin papeleos y con devolución en plazos mensuales
Ante la gravedad de la crisis generada por el Covid-19, todo el tejido empresarial de nuestro país se está viniendo abajo.
Esta crisis económica no se parece en nada a lo ocurrido en 2008, cuando estalló la burbuja financiera e inmobiliaria en España. De aquella crisis terminamos casi saliendo en 2012, cuatro años más tarde y, hasta hace muy poco tiempo, aún se mantenían las secuelas de la misma.
Aquellos años fueron muy duros, y muchas personas se vieron abocadas al paro con las consecuencias dramáticas que tuvo para toda la sociedad.
Ahora, no obstante, la economía se enfrenta a otros retos, mucho más peligrosos, y de más difícil solución.
La economía se enfrenta a un enemigo invisible que, en apenas cuatro meses, ha conseguido poner de rodillas a todas las economías occidentales, generando el cierre de multitud de empresas y comercios y enviando al paro a miles de personas, trabajadores por cuenta ajena o autónomos, que no han podido soportar la presión financiera que el confinamiento ha producido.
Préstamos rápidos, una solución para esta crisis financiera
Muchas personas, por esta razón, han acudido a préstamos rápidos para poder subsanar en parte el crítico impacto inicial a la que nos hemos visto enfrentados.
Afortunadamente, esos préstamos rápidos han solucionado muchos problemas, máxime cuando se ha podido acudir a fórmulas, como es el caso del préstamo a plazos de Fidinda, que nos han hecho más fácil obtener financiación en momentos tan duros como éste.
Muchas personas se han visto en la necesidad de acudir a estas fórmulas. Y lo han tenido que hacer porque la banca tradicional ya no es la banca al estilo de la que conocíamos hasta hace apenas unos años.
La banca tradicional se ha convertido en una máquina de cobrar comisiones por servicios que antes se daban de forma gratuita. Su negocio, antaño, era prestar dinero cobrando un interés por ello. Ahora, su principal fuente de ingresos no va por la vía de los créditos. Va por la vía de las comisiones o, simplemente, por presionar a sus clientes para poder encajarles todo tipo de productos ajenos a la propia banca, como pueden ser la venta de seguros, y hasta de móviles.
La banca tradicional ya no se excusa en la falta de garantías para poder dar un determinado crédito. Se busca cualquier excusa para no tener que hacer lo que antes, como ya he dicho, era su base de negocio…los préstamos.
Las listas de morosos ya no sirven de excusa
Ahora, cuando se presenta una propuesta de crédito a cualquier banco, lo normal es que te digan que no te lo pueden dar porque estás en una lista de morosos.
Si estás incluido en registros de morosos como ASNEF, RAI o CIRBE y estás intentando solicitar un préstamo sabrás que es difícil que una entidad financiera acepte la solicitud, ya que los departamentos de riesgo de dichas entidades suelen incluir la búsqueda del solicitante en los listados de morosos y, si éste se encuentra en alguno de ellos, causará el rechazo de una manera inmediata a la solicitud. Pero no hay que preocuparse, el mercado se ha adaptado a la situación y ha creado productos financieros para las personas que se encuentran en este estado y así poder solicitar préstamos con ASNEF, RAI o CIRBE.
Para estar incluido en registros de morosos es suficiente haber dejado de pagar una cuota de cualquier crédito o préstamo que estuvieras pagando o un recibo domiciliado con cualquier empresa, por lo que solicitar préstamos con ASNEF u otro registro de morosos es más habitual de lo que parece.
Acudir a este tipo de préstamo es la manera más sencilla de resolver los problemas que una crisis como esta nos plantea. Puede ser una solución rápida para problemas urgentes e inmediatos y puede, también, ser la fórmula ideal para volver a lo que ahora llaman la “nueva normalidad” en comercios y empresas de todo tipo.