Sin embargo, el bajo nivel de transmisión del virus registrado en los campamentos de verano no es directamente trasladable al contexto escolar, ya que las actividades se realizaron mayormente al aire libre y en grupos de hasta diez chicos.
Según explicó Iolanda Jordan, investigadora principal del estudio, el trabajo busca "dar pistas para abrir las escuelas en septiembre de una forma segura y controlada, aplicando medidas como las que se han implementado en los campamentos de verano". En ese sentido, destacó que los "grupos burbuja" fueron eficaces para "contener la transmisión de la infección, para facilitar la trazabilidad de los contactos y para permitir la cuarentena selectiva".
Además, la especialista señaló entre las medidas tomadas para minimizar los riesgos de contagio de coronavirus el lavado frecuente de manos (al menos cinco veces por día), organizar grupos reducidos, utilizar mascarillas y planificar actividades al aire libre.
"Esto no excluye que un sistema con grupos más grandes no pueda funcionar correctamente", puntualizó Jordan. Por eso, aseguró que si siguen los protocolos adecuados, las escuelas podrán ser reabiertas "de forma segura y con las tasas más bajas de infección y transmisión posible.