ANIMALES
La observación de cetáceos ha generado el nacimiento de una nueva industria
Las islas Canarias es uno de esos lugares privilegiados en los cuales, tanto los que viven en las mismas, como los millones de turistas que las visitan al año, pueden disfrutar de unos paisajes excepcionales, de una gastronomía extraordinaria, de unas costas que hacen las delicias de cualquiera y, casi lo más importante, de una climatología que las hacen únicas.
Todas y cada una de las islas tienen singularidades que las diferencian entre sí.
Desde la Caldera de Taburiente en La Palma, hasta el paisaje volcánico de Lanzarote, pasando por el Parque el Garajonay en La Gomera, las interminables playas de Fuerteventura, los fondos marinos de La Retinga en El Hierro, las playas y la cumbre de Gran Canaria o la monumental belleza del Teide en Tenerife, todo en las islas Canarias es de una belleza incontestable.
La costa sur de Tenerife es un lugar extraordinario para observar ballenas en su hábitat natural
Los maravillosos paisajes que ofrece el interior de Tenerife, por poner un solo ejemplo, no son las únicas riquezas que tiene la isla. Sus aguas, tienen, también, el privilegio de contar con una gran variedad de delfines y ballenas. Hace ya algunos años, cuando navegaba por sus costas, ni yo, ni nadie, creía que en algún momento podríamos ser, como ahora los son miles de personas, unos privilegiados que tendríamos la oportunidad de tener a nuestro alcance el avistamiento de cetáceos Tenerife.
Cuando navegaba por las costas de la isla, con mi familia y amigos, y observábamos la variedad de especies marinas que nos acompañaba, nos parecía que aquello era de una riqueza y de una belleza que se debía dar a conocer a todo el planeta.
Por aquella época no se disponía de muchos datos, la verdad, pero desde entonces, ya ha pasado bastante tiempo, los científicos han identificado en aguas canarias, hasta la fecha, cerca de treinta especies diferentes de cetáceos de las cerca de setenta y nueve conocidas en el mundo, lo que supone un 34% de la diversidad mundial y convierte, a estas aguas, en muy especiales y casi únicas para la observación de cetáceos.
En los años 90 nace la observación de cetáceos como actividad turística en Tenerife
Es en la isla de Tenerife, y más concretamente en el sudoeste de la misma, donde la observación de cetáceos, como actividad turística ligada al entorno marino, se inició a principios de la década de los 90.
Concretamente, comenzó en 1991, año en que la Fundación Cousteau visitó las islas con el fin de realizar un documental sobre la población del calderón tropical que, precisamente, residía en las aguas de esa zona de Tenerife. A pesar de que el mensaje que se pretendía difundir con aquel reportaje, era de tipo conservacionista, el efecto que causó fue el de la promoción de un tipo de actividad totalmente nueva para los empresarios del sector turístico de la isla.
Experiencia inolvidable para ver las ballenas y delfines en Tenerife
Hoy al turismo se le ofrece múltiples y variadas formas de ocio para el disfrute de sus vacaciones. Pero tanto para los habitantes de las propias islas como para los que las visitan, combinar ocio, cultura, naturaleza y medio ambiente puede ser una forma extraordinaria de, no sólo disfrutar del tiempo libre, sino de adquirir conocimientos que a todos puede enriquecer.
Afortunadamente, no hace falta hoy en día tener barco propio para poder acercarse a alta mar y contemplar la extraordinaria belleza de delfines y ballenas.
Hoy podemos disfrutar de, por ejemplo, ver ballenas en Tenerife, acudiendo a empresas especializadas que te acercan a esas especies.
Pero, no sólo ballenas, también podemos observar pequeños delfines moteados, así como calderones o los desconocidos zifios, además de otros habitantes del océano como peces voladores y tortugas.
Yo he sido uno de esos afortunados, mejor dicho, uno de esos cientos de miles de afortunados, que ha podido observarlos y haber tenido extraordinariamente cerca, en una ocasión, una ballena de más de treinta metros.
La observación de cetáceos, una nueva forma de hacer turismo
La observación de cetáceos, junto con la demanda creciente en todo del mudo de este tipo de actividades relacionadas directamente con la naturaleza, ha generado el nacimiento de una nueva industria y por consiguiente, ha abierto nuevas fronteras para un sector relacionado con el turismo.
El éxito de esta actividad, reside en su consistente valor económico y el acercamiento del conocimiento a una mayoría de personas a las que muchas no se podían acercar.
El hecho de que se haya desarrollado en tal medida, y se haya transformado en uno de los sectores de la industria turística de más rápido crecimiento durante las últimas décadas, es testimonio de su inmenso valor para toda la comunidad en términos económicos, sociales, y medioambientales.