Vuelta a la oficina segura: qué medidas de seguridad tomar
Ahora que muchos empiezan a volver a ocupar las oficinas, surgen dudas acerca de si realmente estamos en un ambiente completamente sano y libre de amenazas epidemiológicas. La crisis por COVID aisló a la mayoría de las personas y nos ha dejado con algunas secuelas que algunos tardarán en superar.
La tecnología ha pasado a ocupar una parte importante en soluciones que protejan nuestra seguridad en el ámbito de la salud, garantizando no solos herramientas digitales para cuidar las distancias, sino que también podemos encontrar, por ejemplo, las puertas automáticas más rápidas del mercado que pueden evitar que disminuyan los congestionamientos en diferentes puntos de acceso y privar de que tengamos que tocar superficies.
Puertas automatizadas
La automatización de las puertas puede ser una solución efectiva y muy viable para muchas empresas y oficinas, ya que no se requiere girar el picaporte o tener contacto directo con la misma para poder entrar. Algunas cuentan con un sensor que permite su funcionamiento al detectar la presencia de una persona en el rango de alcance, lo que agilizará el funcionamiento y tráfico de trabajadores sin inconvenientes.
Aunque las puertas tradicionales siguen siendo una manera segura de poder aislar y separar espacios, hemos visto un creciente interés en la posibilidad de montar estas puertas automáticas, las cuales ofrecen un funcionamiento silencioso, rápido y con configuraciones de seguridad que pueden restringir el acceso para una parte del personal. Esto evitará que los espacios se abarroten de personas.
Disminución del riesgo de contagio
Como hemos mencionado anteriormente, las puertas automáticas nos liberan de la necesidad de entrar en contacto con ella. De esta manera, disminuimos la posibilidad de tener que tocar superficies en las que pueda alojarse el virus. Hay claras evidencias de que el virus tiene un tiempo de vida de 72 horas en superficies como el plástico y el acero, por lo que las manijas de una puerta parecen ser un lugar popular para su transmisión.
Inocentes de la existencia del virus, muchos hemos tenido contacto con objetos de uso común, entre los cuales destacan las puertas, ascensores, escaleras, barandillas, etc. Por esta razón, mientras menos probabilidades hayan de tocar estas superficies, mejores son nuestras oportunidades de mantenernos sanos y no contagiarnos.
Sabemos que lavarse las manos con frecuencia y usar gel desinfectante puede evitar significativamente el contagio, pero ante la amenaza latente en oficinas y espacios de trabajo, muchas empresas han decidido explorar el potencial de las puertas automáticas.
Pero las puertas automáticas no solo son una posibilidad para los espacios de trabajo, también lo son para transportes públicos o lugares como centros comerciales, teatros o galerías. Esta medida puede salvar muchas vidas, pues muchas de estas puertas ofrecen un cierre hermético, creando espacios más higiénicos que se mantienen limpios y sanitizados tras ser esterilizados.
La instalación de estas puertas no resulta tan complicada como muchos pueden llegar a pensar. Y es que los procesos de instalación se han simplificado para contar con las prestaciones de estos recursos tan útiles en el menor tiempo posible sin realizar mayores modificaciones. Una puerta automática simplifica la accesibilidad y quita de la ecuación una de tantas posibilidades de entrar en contacto con gérmenes, virus y bacterias.