Francis Candil pide que los más de 3,53 millones de euros del campo de béisbol de La Minilla se destinen a inversiones públicas con rentabilidad social para todos

El portavoz de Coalición Canaria- Unidos por Gran Canaria en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Francis Candil, solicita al Consistorio municipal que rectifique y destine el dinero previsto para la construcción del futuro campo de béisbol de La Minilla a otras demandas más necesarias para la ciudadanía en tiempos de pandemia y que beneficien al conjunto de la sociedad.

Para Candil, el campo de béisbol no es una “necesidad imperiosa”. “Estamos viviendo una realidad social durísima y hay que reactivar la inversión pública para crear actividad económica y generar empleo, fundamental en estos tiempos que vivimos, pero este Ayuntamiento no es una fuente inagotable de recursos económicos y la inversión pública se debe hacer con cabeza, de tal manera que los proyectos cuenten con una rentabilidad social para la mayoría de la ciudadanía”, apuntó.

El edil aboga destinar los 3,53 millones de euros que costará construir el campo de béisbol de La Minilla a otras inversiones con una incidencia real en la mejora de las condiciones de la ciudad para todos los vecinos. “La pandemia ha cambiado las prioridades y ahora mismo no es el mejor momento para invertir esa cantidad ingente en dinero en poner en marcha el proyecto del campo de béisbol. Tenemos que tener los pies en la tierra y las políticas del Gobierno Municipal deben ir destinadas a paliar las necesidades actuales y acuciantes que demanda la población”.

Francis Candil recordó que Las Palmas de Gran Canaria ya tiene experiencia en contar con proyectos a los que se destinaron grandes inversiones y que “han demostrado ser inútiles o tener poca rentabilidad social, como las que se hicieron durante el Plan E que puso en marcha el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero: la fallida Casa de la Juventud, que está abandonada por construirse deprisa y sin las pertinentes justificaciones técnicas que avalan su construcción, o las escaleras mecánicas que hay repartidas por la ciudad y que no funcionan”.