CULTURA
Las investigaciones en la cueva de Villaverde traen a El Museo Canario el pasado aborigen de Fuerteventura
El próximo jueves, 22 de octubre, El Museo Canario emitirá la segunda de las conferencias del ciclo «La Materialidad de la Memoria. Actualidad Arqueológica en Canarias», un conjunto de charlas en línea con el que la institución de Vegueta repasa los más recientes trabajos de investigación arqueológica en yacimientos de cada una de las islas del archipiélago.
En esta ocasión, Rosa López Guerrero, arqueóloga y directora de Arenisca, presentará su conferencia La Cueva de Villaverde. Un espacio de investigación para el periodo aborigen de Fuerteventura. La cueva de Villaverde es, sin lugar a dudas, uno de los yacimientos más importantes de esta isla. Los trabajos de excavación que dirige López Guerrero cuentan con un equipo multidisciplinar de especialistas que está aportando datos de enorme trascendencia sobre la sociedad y la economía de los majos.
El BIC Cueva de Villaverde se encuentra situado en la propia localidad de Villaverde, en el municipio de La Oliva. Se trata de un tubo volcánico de 190 metros de longitud que fue hallado en 1979 bajo los terrenos de una antigua gavia. Se comprobó que su interior había sido parcialmente ocupado por los majos, hasta el punto de que en la actualidad se ha convertido en un yacimiento de referencia para el estudio de las poblaciones aborígenes del archipiélago en general y de Fuerteventura en particular.
Tras seis campañas de excavación desarrolladas en la década de 1980, el equipo de Arenisca asumió en 2018 la tarea de retomar los trabajos y sumó al proyecto a otros profesionales e investigadores, creando un equipo interdisciplinar. De esta manera, los estudios del interior y el exterior de la cavidad han podido documentar una secuencia estratigráfica de largo recorrido, que nos indica el uso de la cueva al menos desde el siglo V hasta el siglo XIII d. C. Durante estos 800 años la cueva de Villaverde fue transformándose, adquiriendo distintos usos a lo largo del tiempo.
La existencia de una amplia secuencia temporal, sumada al excelente estado de conservación de los restos materiales, hacen de este yacimiento un lugar idóneo para reconstruir la cultura de los majos en distintas etapas de su historia.