INMIGRACIÓN
Racismo, no. Sentido común
La crisis migratoria por la que está atravesando Canarias en estos instantes, está poniendo a prueba a todas las instituciones de las islas. Por poner un ejemplo, este último viernes han llegado 312 inmigrantes a Gran Canaria, Tenerife, y Fuerteventura.
El Estado no parece proclive a tomar medidas serias frente a los gobierno de Marruecos y Mauritania, y parece no interesarle mucho el tremendo coste que está suponiendo, no sólo para Canarias, sino también para las personas que llegan en pateras o cayucos a nuestras islas, esta situación.
No es fácil buscar alojamiento, en tan corto espacio de tiempo, a casi seis mil personas que han llegado en apenas dos meses a las islas, sin que las instituciones se recientan.
Conocemos nosotros, como conocen todos los canarios, que existen múltiples edificios, de instituciones diferentes, que podrían dar cobijo, de forma apropiada, a los inmigrantes que las mafias traen hasta nuestras costas con el visto bueno de gobiernos corruptos como el marroquí.
Existen múltiples instalaciones militares que podrían ser acondicionadas para dar cobijo al tremendo número de inmigrantes que estamos recibiendo, y que el Estado no está trasladando a la España continental. Incomprensiblemente, el Ministerio de Defensa se ha negado a facilitar dichas instalaciones, lo que ha obligado a buscar soluciones, como las que comentaremos ahora, que resultan absurdas.
Que el Estado aproveche la mala situación turística de las Islas Canarias para, mediante subvenciones a la Cruz Roja, ésta pueda contratar habitaciones o apartamentos turísticos como residencias temporales de inmigrantes es, como ya hemos dicho antes, absurdo, pero también, ridículo y poco prudente.
El descenso de la llegada de turistas producto de la pandemia de la Covid-19, y por lo tanto, el deterioro económico de nuestra infraestructura hotelera, no debe ser utilizado para que, como último refugio económico, se instale allí a los inmigrantes.
Hemos asistido en las últimas semanas a la polémica generada en el sur de la isla de Gran Canaria por este tipo de hechos, que ha sido criticado “con la boca chica”, por aquello de no ser acusados de racismo, por alcaldes de varios municipios, empresarios y ciudadanos.
La última polémica en relación a este asunto ha saltado en Los Cristianos, en el sur de la isla de Tenerife.
Propietarios del complejo Granada Park se vieron sorprendidos el pasado jueves por la llegada de inmigrantes a sus instalaciones. El complejo Granada Park, aunque algunos propietarios residan de forma habitual en el mismo, es una instalación con licencia turística.
Los propietarios se han quejado por el hecho de que la empresa que explota el complejo, Tenebrava, haya tomado la decisión de contratar con la Cruz Roja la estancia de inmigrantes en esa instalación turística sin haber sido consultados.
El asesor de la Comunidad de Propietarios, Javier Cabrera, se puso en contacto con esta redacción para tratar de darnos una explicación sobre los hechos que denunciaban los propietarios.
El señor Cabrera, sorprendentemente, tachó a los propietarios de racistas e incluso afirmó que, teniendo en cuenta la licencia turística del complejo, eran los propietarios los que no deberían está residiendo en el mismo.
El señor Cabrera, además, equiparó el contrato que se ha llevado a efecto con Cruz Roja a cualquier contrato que se podría firmar con cualquier turoperador, el citó a la TUI, como si de cualquier turista se tratase.
Llegó a indicar el señor Cabrera que ante las quejas de los propietarios, se les había ofrecido a los mismos salir del complejo, en tanto estuviesen allí los inmigrante, pagándoles las estancias en hoteles hasta que los mismos fueran desviados a otros centros en el resto del Estado.
Disparate tras disparate.
Lo que evidencia este conflicto del Granada Park, es la extraordinaria improvisación de la Delegación del Gobierno en el alojamiento de inmigrantes que, además, puede servir de efecto llamada en Marruecos, Mauritania o Senegal por el alojamiento en establecimientos turísticos que se les ofrece a las personas que llegan por la vía de pateras o cayucos a Canarias.
El deterioro que pueda tener en los mercados turísticos internacionales este hecho aún no está medido. Veremos si afectará o no al turismo cuando éste se recupere.
Entendemos las razones económicas que puedan tener las empresas hoteleras y la crisis que están atravesando, celebramos la acogida digna de los inmigrantes que llegan en pateras y cayucos a las islas, nos felicitamos por la solidaridad que en las islas se tiene con el infortunio de las personas que lo puedan estar pasando mal en sus países de origen.
Pero una cosa es esto y otra cosa es promover el absurdo como se está haciendo:
Hay que dar cobijo a los inmigrantes, sí.
Hay que prestarles atención sanitaria, sí.
Hay que posibilitarles condiciones dignas de habitabilidad, sí.
Pero todo esto no significa que no se utilicen las instalaciones públicas para tal fin. Por lo tanto, no es racismo, como pueden argumentar los interesados de turno. Es sentido común.
Y en nuestros políticos, el sentido común, parece haber desaparecido.
Racism, no. Common sense
The migratory crisis that the Canary Islands are going through at the moment, is putting all the institutions of the islands to the test. For example, this past Friday 312 immigrants have arrived in Gran Canaria, Tenerife, and Fuerteventura.
The State does not seem inclined to take serious measures against the governments of Morocco and Mauritania, and it does not seem to be very interested in the tremendous cost that it is assuming, not only for the Canary Islands, but also for the people who arrive in boats or canoes to our islands, this situation.
It is not easy to find accommodation, in such a short space of time, for almost six thousand people who have arrived in just two months on the islands, without the institutions being newly established.
We know, as all Canaries know, that there are multiple buildings, of different institutions, which could properly shelter the immigrants that the mafias bring to our shores with the approval of corrupt governments like the Moroccan.
There are multiple military installations that could be fitted out to shelter the tremendous number of immigrants that we are receiving, and that the State is not transferring to mainland Spain. Incomprehensibly, the Ministry of Defense has refused to provide such facilities, which has forced us to seek solutions, such as the ones we will discuss now, which are absurd.
For the State to take advantage of the poor tourist situation in the Canary Islands to, through subsidies to the Red Cross, it can hire tourist rooms or apartments as temporary residences for immigrants is, as we have said before, absurd, but also, ridiculous and unwise .
The decrease in the arrival of tourists as a result of the Covid-19 pandemic, and therefore, the economic deterioration of our hotel infrastructure, should not be used so that, as a last economic refuge, immigrants can settle there.
In recent weeks we have witnessed the controversy generated in the south of the island of Gran Canaria by this type of incident, which has been criticized "with a small mouth", for not being accused of racism, by mayors of several municipalities , businessmen and citizens.
The latest controversy in relation to this issue has jumped in Los Cristianos, in the south of the island of Tenerife.
Owners of the Granada Park complex were surprised last Thursday by the arrival of immigrants to their facilities. The Granada Park complex, although some owners reside regularly in it, is a facility with a tourist license.
The owners have complained about the fact that the company that operates the complex, Tenebrava, has made the decision to contract with the Red Cross the stay of immigrants in that tourist facility without having been consulted.
The advisor of the Community of Owners, Javier Cabrera, contacted this wording to try to give us an explanation of the facts that the owners denounced.
Mr. Cabrera, surprisingly, called the owners racist and even claimed that, taking into account the resort's tourist license, it was the owners who should not be residing in it.
Mr. Cabrera also equated the contract that has been put into effect with the Red Cross to any contract that could be signed with any tour operator, he cited the TUI, as if it were any tourist.
Mr. Cabrera went on to indicate that due to the complaints of the owners, they had been offered to leave the complex, as long as the immigrants were there, paying for their stays in hotels until they were diverted to other centers in the rest of the city. State.
Nonsense after nonsense.
What this conflict in Granada Park shows is the extraordinary improvisation of the Government Delegation in the accommodation of immigrants that, in addition, can serve as a call effect in Morocco, Mauritania or Senegal for accommodation in tourist establishments that are offered to women. people who arrive by way of boats or cayucos to the Canary Islands.
The deterioration that this fact may have in the international tourist markets has not yet been measured. We will see whether or not it will affect tourism when it recovers.
We understand the economic reasons that hotel companies may have and the crisis they are going through, we celebrate the dignified welcome of immigrants who arrive in boats and canoes to the islands, we congratulate ourselves for the solidarity that the islands have with the misfortune of the people who may be having a hard time in their countries of origin.
But this is one thing and another thing is to promote the absurd as it is being done:
We must give shelter to immigrants, yes.
You have to give them health care, yes.
It is necessary to provide them with decent living conditions, yes.
But all this does not mean that public facilities are not used for this purpose. Therefore, it is not racism, as the interested parties of the moment may argue. It is common sense.
And in our politicians, common sense seems to have disappeared.