El Tarot y su relación con la psicología
El tarot ha venido evolucionando y desarrollándose en los últimos años. Tradicionalmente el tarot se ha considerado una herramienta de adivinación, muy próxima a todo lo que tiene que ver con el esoterismo.
Porque el tarot, como cualquier otra mancia, es decir, la práctica de predecir, no es más que un método que ha descubierto el ser humano, a través de la experiencia, que permite encontrar los patrones ocultos manejados por el subconsciente para enfrentar un problema específico. Si estos patrones no se cambian, determinarán el comportamiento en el futuro. Se convertirán en destino. Más información en tarotdester.com
Pero el tarot, ya lo hemos dicho antes, ha evolucionado, y así, ahora, esta herramienta se utiliza en conexión con la psicología, tal y como nos enseñó Carl Jung, con su teoría de los arquetipos, que conecta los arcanos del tarot con la psique de los individuos.
Alejandro Jodorowsky utiliza este sistema, que no es adivinación, sino terapia
Actualmente, cuando las herramientas de crecimiento personal y los manuales de autoayuda inundan nuestros minutos de lectura, las cartas del tarot empiezan a tener una fuerza inusitada como herramienta de crecimiento personal o técnica de coaching.
Esta afirmación puede parecer que no tiene ningún fundamento, ya que generalmente se considera que tenemos libertad de elección de nuestros actos y pensamientos y que, por tanto, no habría posibilidad de predecir cuál va a ser la decisión que tome una persona en el futuro, salvo que siga unas leyes de elección lógicas, como la "optimización de beneficios" o "la búsqueda de la supervivencia", de las que se sirven la sociología y la economía para "adivinar con tanto acierto" el porvenir de grupos de personas.
El tarot utilizado para trabajar aspectos emocionales
Para entender el tarot como algo más que una técnica de adivinación, tenemos que tener en cuenta esta premisa: Las cartas del tarot no hay que tomarlas como un mandato directo sobre nuestro futuro, inamovible del cual no podemos escapar.
Generalmente las cartas del tarot son formas abiertas, donde nuestros pensamientos les pondrán el significado correcto, siendo muy particular para cada persona. Hay que dejar que la intuición, experiencia y sabiduría interprete cada carta del tarot.
Si una carta no es del agrado de quién es el sujeto al que se le está mostrando, no es una buena solución cambiar la pregunta o sacar una carta nueva.
El tarot no tiene ahora, como misión principal, la adivinación del futuro, más bien esto queda relegado a un aspecto secundario. Lo que pretende es fomentar el desarrollo personal para sanar algunos aspectos, que nos están limitando de cara a conseguir nuestra felicidad. El tarot, en la actualidad, permite conectar con nuestro inconsciente y de ahí recibir mensajes o trabajar creencias, que nos puedan estar limitando en nuestro día a día.
En definitiva, el tarot es una herramienta que nos permite conectar con nuestro interior para poder trabajar emociones o creencias que nos están limitando. Por eso el tarot es utilizado por muchos psicólogos para trabajar aspectos emocionales.
La persona puede adaptarla a su situación particular, de ahí que sea un punto de partida, donde ya se pueden saber las cosas que tiene que trabajar. Es una referencia abierta utilizada en numerosas técnicas terapéuticas. El paciente rellena estas referencias en base a sus experiencias y deseos y, a partir de ahí, podemos saber qué es lo que nos hace feliz, y aquellas cosas que podemos mejorar o desterrar.
Por tanto, si la vida es un sistema caótico y cambiante, es posible que cualquier medida que tomemos, por ejemplo, sacar cartas de un mazo sin mirar, contenga la información suficiente para extraer los patrones que gobiernen el comportamiento de ese sistema de vida.