La novela Entre acuarelas y lágrimas retrata el coste emocional del desarraigo y la lucha por la supervivencia de la familia
La editorial Caligrama publica Entre acuarelas y lágrimas. José Orlando Castañeda compagina su faceta literaria con la de juez penal en el estado de Nueva York, lo que le ha permitido entrar en contacto con la población inmigrante. Tras un viaje a Ecuador para participar en una demanda civil, se topó de lleno con el germen del proceso migratorio. En su saber mirar y atender encontró historias que han inspirado una novela que contiene un enorme sentido emocional. «Hay un momento en la novela en que la protagonista, una joven ecuatoriana que emigró a Madrid, se pregunta si en realidad valió la pena el precio de dejar a sus hijos sin el cariño de una madre y a su esposo sin el calor de un hogar. «Mis manos se quedaron sin tejer las trenzas a mi hija para ir a la escuela», le dijo entre lágrimas a su amiga. El desarraigo es un precio muy alto para quienes dejan sus familias», cuenta el escritor.
Nueva york y Madrid son los escenarios principales por los que los personajes, bien construidos y con mucho que decir, pasean, se encuentran y arrastran sus nostalgias. Las intrigas, los peligros, el odio, pero también la esperanza marcarán sus pasos. El autor dice a través de ellos o ellos hablan a través del autor, en cualquier caso, hay una relación indivisible de la que nacen pensamientos poéticos: «Buscaban cambiar sus vidas, y al final fue la vida la que los cambió a ellos». «Vivimos por los que queremos y se quedaron, y morimos por los que queremos y se fueron».
El libro posee capítulos cortos y un ritmo ágil, con cambios de lugares y buen manejo de los flashbacks. La narración está repleta de palabras de diferentes países que aportan riqueza lingüística y cultural al texto. El desarraigo y la lucha por la supervivencia familiar son temas retratados de manera precisa y personal.
Notas sobre el autor: Al terminar secundaria en Ibagué (Colombia), José Orlando Castañeda emigra a Estados Unidos, obtiene una maestría en la Universidad de Columbia y un doctorado en Derecho en la Universidad de Pace. Abre un bufete de abogados en Port Chester (Nueva York), donde posteriormente es nombrado juez penal. Esa transición la presenta en el cuento breve La feria de las flores. Su profesión le permite observar las secuelas de la distancia en la comunidad inmigrante y las historias que conoció a lo largo de su carrera le motivaron a escribir Entre acuarelas y lágrimas.
