Los mitos más comunes sobre alimentos asociados a la obesidad

La alimentación es uno de los temas de mayor relevancia cuando se trata de nuestra salud, pues como dice el dicho “somos lo que comemos.” En una alimentación saludable reside la capacidad en la que nuestro cuerpo es capaz de responder a enfermedades y al desarrollo de nuestras potencialidades, ya que cada parte de nuestro organismo necesita de los nutrientes que provienen de los alimentos que ingerimos.

Lamentablemente el tema de nutrición se ha trivializado y cualquier persona se siente con los criterios suficientes para opinar por su experiencia o la vivida a través de familiares, pasando por alto las recomendaciones brindadas por los especialistas que se dedican al tema de forma profesional.

A partir de allí encontramos un sinfín de mitos acerca de los alimentos. Algunos les atribuyen “propiedades adelgazantes” o que favorecen el incremento del peso o que se “deben evitar a toda costa.” En esta publicación vamos a explorar y  desmentir varios de estos falsos argumentos.

Falsas creencias alimentarias relacionadas al aumento de peso

Algunas falacias alimentarias comunes incluyen:

• “Comer frutas luego de la comida engorda.” Esta es la premisa de una dieta disociada, ya que se le atribuye al azúcar de la fruta la capacidad de engordar, cuando esto no posee ninguna base científica. De hecho se ha comprobado que el azúcar natural proveniente de frutas es mucho más saludable que el azúcar procesada que solemos consumir.
• “Los frutos secos engordan.” No hay nada más lejos de la realidad. Los frutos secos aportan minerales, vitaminas y antioxidantes que favorecen el adecuado funcionamiento celular y ayudan a saciar el hambre.
• “Los suplementos vitamínicos te hacen aumentar de peso.” Las vitaminas son micronutrientes que se encargan de proveer al organismo lo necesario para su correcto funcionamiento, más no son capaces de aumentar por sí mismas el peso de un individuo, ya que no aportan hidratos de carbono.
• “Comer hidratos de carbono hace que te crezca la panza.” Acá viene una gran controversia pues se cree que los responsables absolutos de la obesidad son estos y no es del todo cierto. Lo que realmente es perjudicial, es comer más de la ración requerida y el alimento con la cual se acompaña es clave.
• “El pan engorda.” El pan es fundamental en la cocina mediterránea, por lo general se recomienda como acompañamiento de otras comidas tal como el almuerzo. Lo recomendable es comer solo dos rebanadas o lo equivalente a 40 grs (104 kcal). Nuevamente el error estaría en excederse en el número de raciones al día.
• “La sal te hace subir de peso.” Para algunos puede sonar algo descabellado, pero un porcentaje de la población asegura que la sal puede engordar. Esto se debe a que su consumo en exceso produce retención de líquido, lo que se ve traducido en un aumento de peso por ganancia de líquidos. Recordemos que la sal es un mineral y que la dosis diaria recomendada es de apenas 6 grs.
• “La miel engorda mucho más que el azúcar blanca.” Nada más lejos de la realidad, ya que es todo lo contrario: el azúcar blanca proporciona más calorías al cuerpo que la miel. De hecho los nutricionistas recomiendan el consumo de miel pura.
• “Comer entre comidas te hace engordar.” Es un mito bastante interesante, el problema realmente radica en ¿Qué comes? y ¿Cuánto comes entre las comidas principales? Porque una fruta (una banana o frutos secos), un yogur descremado o un vegetal, no hará que subas de peso. Todo lo contrario, saciará tu hambre y evitará que comas más de las porciones indicadas en el almuerzo o la cena.

Otros mitos relacionados a la alimentación

Como hemos podido constatar, son muchos los mitos que afirman que cierto tipo de alimentos engordan, pero lo importante realmente es evaluar la cantidad de calorías que se consumen al día. Dicho cálculo varía de persona a persona y se toma como referencia el peso y la talla de la persona.

Por otra parte, implementar dietas milagrosas o hacer uso de suplementos autodenominados como “quemadores de grasa” pueden traer consecuencias peligrosas cuando no se analizan bien los efectos que pueden traer a tu organismo.