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Agustín Hernández ‘Agustinito’, una vida dedicada a la Caldera de Bandama

Canarias Noticias - 09/07/2021

Agustín Hernández Torres, popularmente conocido como ‘Agustinito’, de 94 años de edad ya cuenta con una placa de reconocimiento a la entrada del sendero que da acceso al fondo de la Caldera de Bandama, y que recorrió todos los días hasta que tuvo 93 años, que ha sido rebautizado como “Camino Agustinito’.

El Cabildo de Gran Canaria le ha rendido homenaje al que es considerado el último habitante agricultor de la Caldera de Bandama. En un acto que contó con la presencia  del presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, la consejera de Medio Ambiente, Inés Jiménez, el primer teniente alcalde del ayuntamiento de Santa Brígida, Martín Sosa, el presidente de la Asociación Sociocultural Amigos de Bandama, Alex Roberto Hansen, y el propio homenajeado, se descubrió una placa que reconoce su papel como conservador del paisaje y guardián del espacio natural.

Morales aseguró que “la presencia de Agustinito en La Caldera ha contribuido a su mejor conservación al cuidarla con mimo la mayor parte de su vida. Incontables son las veces que ha cerrado y abierto la verja de hierro por la que se accede al camino de bajada a La Caldera. Es innegable que Agustinito, de carácter amable y trato afable, ha jugado un papel muy relevante como Conservador y guarda de su amada Caldera de Bandama”.

El geógrafo y especialista en La Caldera de Bandama, Alex Hansen, explicó que “Agustinito es el heredero y continuador de una larga saga de campesinos que comenzó en la prehistoria de Gran Canaria, continuó con los trabajadores de Daniel Van Dame desde finales del siglo XVI y se prolongó hasta comienzos del 2020” y destacó la generosidad y entrega de una persona que desinteresadamente y durante décadas cerraba y abría la verja que da acceso al fondo del Espacio Natural Protegido.

 Agustinito llegó a La Caldera cuando era muy niño, junto a sus padres y sus ocho hermanos en 1936. Su historia está íntegramente ligada a la de La Caldera, donde vivió por muchos años en las casas de muros anchos y tejados a dos aguas que se atisban desde el emblemático Mirador de Los Cuartos o desde el propio Pico de Bandama; donde ha arado sus tierras, sembrado y aventado el grano en sus eras; donde ha sufrido y disfrutado de la dura, sencilla y sin artificios vida del campesino canario; donde ha compartido un pizco de queso, pan y vino con todo aquel que tuviera la sensibilidad de poner la ojera para escuchar toda la sabiduría popular que derrocha.

Considerado el último habitante agricultor de la Caldera de Bandama, vivió la importante transformación del paisaje que le rodeaba, al convertirse en algo residual la actividad agrícola tradicional que caracterizó la zona durante los siglos anteriores y que dejó paso a una etapa de conservación y protección del patrimonio natural al declararse el Monumento Natural de Bandama –constituido por dos unidades naturales de gran singularidad e interés científico como La Caldera y el Pico de Bandama– que es un Espacio Natural Protegido donde confluyen grandes valores vulcanológicos, geomorfológicos, florísticos, faunísticos, paisajísticos y etnográficos.

El acto de homenaje del Cabildo de Gran Canaria se suma al reconocimiento realizado por el Ayuntamiento de Santa Brígida, al declararlo Hijo Adoptivo de este municipio. Por otro lado, también se ha cumplido uno de los anhelos de la “Asociación Sociocultural Drago de Sataute” que propuso que se le realizara un reconocimiento a su persona por sus méritos.

 

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