La inacción de la administración aboca al tomate de exportación a la desaparición

La exportación hortícola en Canarias lleva más de una década en recesión. En este tiempo se ha perdido el 75% de la superficie de cultivo destinado a la exportación y más del 50% de las empresas y cooperativas que se dedican a ello. El sector ha dado la voz de alarma en reiteradas ocasiones, trasladando a los representantes políticos la situación agónica que se está sufriendo, con el fin de buscar alternativas y tomar decisiones efectivas para evitar la desaparición del mismo.

La competencia desleal, principalmente la de Marruecos; el incremento desorbitado de los costes de producción y transporte sin poder repercutirlos en los precios de venta; la aparición de nuevas plagas y virosis que afectan al cultivo como el daño producido por el mildiu (mancha negra) a inicios de año; la implantación del Brexit, a lo que se ha venido a sumar la devastación de la COVID desde el pasado mes de marzo de 2020, suman el conjunto de factores que han llevado al sector a las puertas de la quiebra.

Las entidades FEDEX y ACETO, que aglutinan a la totalidad de las empresas del Archipiélago exportadoras de tomates y otros productos hortofrutícolas, lamentan tanto la inacción de las administraciones, convocando las ayudas a destiempo y abonando demasiado tarde las mismas y con cuantías insuficientes, como la impasibilidad de los representantes políticos a la hora de abordar el asunto y ofrecer una respuesta eficaz para salvar al sector.

Las empresas exportadoras se quejan de que aún no han recibido compensación alguna por los efectos de la Covid (y las que se han publicado se consideran insuficientes), de desconocer cuáles serán las medidas que permitan la reconversión y diversificación del sector, del retraso en cobrar las diferentes ayudas y de la incógnita de cuándo podrán recibir la compensación por los efectos del Brexit.

En junio de 2020, el sector se reunió con el presidente del ejecutivo para transmitirle la extrema preocupación por el futuro de la actividad y se acordó encargar un informe independiente para analizar la situación del sector y proponer soluciones encaminadas a desarrollar la reconversión y diversificación. El pasado mes de abril la consejería de Agricultura presentó el estudio requerido por el presidente y, a día de hoy, el sector no ha conseguido saber qué medidas se llevarán a cabo, ni tampoco ha logrado que el presidente les haya recibido para abordar las conclusiones del citado informe.

En relación a los efectos de la COVID, el pasado mes de marzo, FEDEX y ACETO trasladaron a la consejería un informe detallado de las pérdidas que causaron al sector de exportación, durante el año 2020 y el primer trimestre de 2021 y que ascienden a los 19 millones de euros. Cabe recordar que todas las empresas exportadoras mantuvieron la totalidad de su actividad sin aplicar ningún ERTE durante la pandemia, a sabiendas de que iban a pérdidas, concienciados de su responsabilidad como servicio esencial para el abastecimiento de la población.

El pasado 29 de octubre se publicó en el BOC el Decreto que regula la concesión directa de subvenciones destinadas a paliar las consecuencias de la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19 en el sector primario, en el cual se limita significativamente la cuantía de la ayuda, por lo que el sector considera estas ayudas insuficientes y reclama a la consejería de Agricultura que busque medidas alternativas para paliar las pérdidas producidas por la pandemia.

Tanto FEDEX como ACETO consideran que, dadas las circunstancias, no es este periodo el más propicio para que se produzcan retrasos inexplicables en la gestión, tramitación y abono de las ayudas ordinarias, o que ayudas del POSEI 2021 como la de la “Acción 1.9 ayuda de adaptación a los mercados”, para compensar en parte los efectos del Brexit, aún no haya sido convocada. Se está provocando un daño irreparable a un sector que agrupa a ocho empresas y da trabajo a tres mil quinientas familias de manera directa.

Desde FEDEX y ACETO confían en reunirse urgentemente con la consejería de Agricultura para abordar los asuntos que inquietan, encontrando soluciones que aseguren la continuidad de esta actividad que cuenta con 135 años de historia. Las medidas pasan por el abono de una compensación suficiente para paliar parte de las pérdidas producidas por la COVID, la publicación y pago en tiempo y forma de las ayudas europeas que se gestionan desde el Gobierno de Canarias, y abordar con acciones concretas y precisas la reconversión y diversificación del sector.