ELECTRICIDAD
Curbelo confía que tras el informe favorable de impacto ambiental se agilice la conexión eléctrica con Tenerife
El presidente del Cabildo de La Gomera, Casimiro Curbelo, ha señalado que el informe favorable de impacto ambiental sobre el proyecto de interconexión eléctrica entre la isla y Tenerife sirva para agilizar la materialización de esta actuación. Así lo manifestó tras el anuncio realizado por la Consejería de Transición Ecológica, que pone fin al procedimiento previo para la licitación de la red que unirá ambos territorios.
En palabras de Curbelo, esta infraestructura “es vital” para avanzar en la transición energética, la implantación de instalaciones de energía verde y aportar seguridad a los sistemas insulares de generación de electricidad, “porque damos un paso sin precedentes que nos permitirá aportar seguridad, a partir de una actuación demandada durante décadas y que abre la puerta a un nuevo horizonte en cuanto a energía se refiere”.
Así, detalló que entre las ventajas de la interconexión está la posibilidad de verter energía a la red desde ambas islas, al igual que la transferencia de excedentes como los previstos tras la puesta en funcionamiento de los cinco parques eólicos que ahora están en construcción. “Este es un paso que viene a complementar el conjunto de medidas que hemos tomado desde La Gomera para apostar por un modelo energético puntero y sostenible, porque nadie puede dudar de la utilidad del cable submarino y la contribución que tendrá en las metas de transición energética que nos hemos marcado”, subrayó.
Recordó que la inversión prevista alcanza los 103 millones de euros, tal y como se adelantó en la presentación del proyecto celebrada en La Gomera en 2021, con la participación del presidente del Gobierno, Ángel Víctor Torres; y la presidenta de Red Eléctrica España, Beatriz Corredor. En ese mismo acto se precisó que el proyecto prevé la dotación de dos subestaciones - Chío y El Palmar - donde se unirán ambas islas, con un cable que tendrá una dimensión longitudinal de 36 kilómetros y se colocará a una profundidad máxima de 1.145 metros.
Con el objetivo de minimizar cualquier impacto y garantizar la protección del medio ambiente, se han realizado estudios previos del trazado, para detectar posibles afecciones al medio terrestre y marino. Para lo que se han diseñado diferentes técnicas que limitarán el impacto en el lecho marino, especialmente en zonas con comunidades biológicas determinadas.