SANIDAD
Sanidad atendió a 2.449 pacientes con enfermedad avanzada o terminal en los servicios de Cuidados Paliativos del SCS
La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias informa de que durante el año 2022 los servicios de Cuidados Paliativos del Servicio Canario de la Salud (SCS) atendieron a un total de 2.449 pacientes con enfermedad en fase avanzada o terminal, a los que se les ofreció asistencia sanitaria y acompañamiento. En estos servicios se realizaron el pasado año un total de 30.577 consultas, entre primeras consultas y sucesivas.
El Servicio Canario de la Salud cuenta actualmente con ocho unidades de Cuidados Paliativos y once unidades específicas de atención domiciliaria en cuidados paliativos que prestan asistencia en todas las islas.
Los Cuidados Paliativos se siguen desarrollando y actualizando de forma dinámica conforme a la Estrategia de Cuidados Paliativos del SCS implantada en todas las islas. Ello conlleva acciones continuas de mejora de los recursos profesionales disponibles, de actividades de formación -actualización, y desarrollo de nuevos protocolos de actuación para la asistencia a las personas que precisan de estos cuidados, tanto por los equipos de Atención Primaria como hospitalarios.
Las actuaciones que se realizan en el archipiélago están en consonancia con las directrices científicas y modelos de atención que han adoptado las unidades de cuidados de soporte y paliativos a nivel internacional.
Cuidados paliativos pediátricos
Además, desde el SCS se está trabajando en potenciar los cuidados paliativos pediátricos en domicilio, de modo que en la isla de Tenerife se está pilotando un servicio pionero a nivel nacional desde el 1 de junio de 2022. Se trata del Programa de Atención Domiciliaria Pediátrica para pacientes crónicos complejos y con necesidades paliativas, que atiende a los pacientes en el domicilio en estrecha coordinación con las Unidades Hospitalarias.
Cuidados de soporte y paliativos
Los Cuidados de soporte y paliativos intentan dar una respuesta a las necesidades tanto de las personas que tienen una enfermedad en fase avanzada y terminal como a sus familiares. Es una atención centrada en el ser humano, dirigida a disminuir el deterioro de la calidad de vida y sufrimiento que provoca la enfermedad.
La atención se mantiene hasta el último día de la vida, con unos cuidados que proporcionan ausencia de sufrimiento físico y apoyo emocional y espiritual al enfermo y su familia, según sus valores personales.