Escapada a Egipto en cuatro paradas
Aunque Egipto ha sido, tradicionalmente, uno de los destinos preferidos por los que aman la cultura clásica, lo cierto es que durante años fue un enclave poco recomendable para el turismo por la situación social y política.
Hoy, sin embargo, cada año incrementa el número de visitantes que llegan a sus aeropuertos para descubrir una de las culturas más atractivas, misteriosas y únicas representadas por grandes monumentos y representaciones de dioses, faraones y jeroglíficos.
Para llegar a Egipto es necesario disponer de cierta documentación. En primer lugar, el pasaporte debe tener una validez de más de seis meses desde la fecha en la que se despega desde el origen y una visa que puede, por suerte, tramitarse online. El visado de Egipto, en realidad, consiste en un pequeño formulario en el que hay que también adjuntar copia del pasaporte y de la biografía que aparece en él, el itinerario de viaje y, tras la pandemia, sería recomendable revisar cuáles podrían ser los requisitos sanitarios en cada momento para evitar sorpresas.
4 paradas en Egipto para cualquier turista
- Las Pirámides de Giza son la primera parada del turista puesto que, además, están en las afueras de El Cairo, posiblemente la ciudad a la que se viaje vía conexión aérea. Este espacio único es el que muestra uno de los hitos arquitectónicos más conocidos por la humanidad y que, a día de hoy, sigue entrañando un misterio al que muchos eruditos han tratado de dar respuesta. Cómo y por qué se construyeron así las pirámides de Keops, Kefrén y Micerinos y cómo la Gran Esfinge sigue defendiendo esta parte monumental. En realidad, quien se acerca hasta este enclave es capaz de entender la grandeza de un pueblo que ha dejado una huella que, a día de hoy, es considerada una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo.
- En Luxor, otra de las paradas para los amantes de Egipto, es donde se sitúa el famoso Templo de Karnak, uno de los complejos religiosos mejor conservados del mundo clásico y antiguo que muestra pilares, obeliscos y demás estatuas que cortan la respiración de quienes se encuentran frente a ellos. Las filas de columnas que se elevan hacia el cielo del Salón de Columnas, con sus inscripciones, son el motivo principal de la visita.
- En el mismo enclave, justo en la orilla de Luxor, se encuentra uno de los grandes reclamos egipcios: el Valle de los Reyes. Es aquí donde se dio sepultura a faraones y nobles egipcios y donde los eruditos, estudiosos y aventureros han ido desentrañando los misterios de una civilización que, avanzada a su tiempo, fue capaz de llegar hasta nuestros días gracias a una forma de construcción original, única y que sigue maravillando a los millones de visitantes que se acercan para tratar de ver, con sus propios ojos, eso que sólo Egipto tiene. Pensar que se está pisando el terreno de Tutankamón no es cualquier cosa.
- Hora de hacer la cuarta parada imprescindible en el país: Abu Simbel. En la orilla del lago Nasser, en el sur del país y a donde se puede acceder también vía crucero por el Nilo, se encuentra el templo construido por Ramses II y donde las cuatro gigantes estatuas del faraón dan la bienvenida a quien se quiere adentrar en su espacio. Una experiencia única para la que muchos se preparan por la inmensidad de contrastes.
Si el año pasado visitaron Egipto más de 11.5 millones de turistas, se prevé que este año que vuelvan a romper todas las estadísticas y se batan los récords, superando con creces los doce millones de visitantes que, desde todo el mundo, ponen rumbo a los vestigios del mundo antiguo.