DISCAPACIDAD
La ONCE y la ULL afianzan su colaboración para mejorar la inserción académica de personas con discapacidad
La Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) y La Universidad de La Laguna llevan colaborando en actividades de diversa índole desde hace muchos años. Esta relación ha experimentado este miércoles 4 de septiembre un impulso gracias a la firma de un protocolo de actuación de cuatro años de duración que facilitará la organización coordinada de actividades de diversa índole que, entre otros propósitos, mejorará el paso de las personas con discapacidad por la formación superior.
El delegado de la ONCE en Canarias, José Antonio López y el rector de la Universidad de La Laguna, Francisco García, han suscrito este protocolo que abarca campos tan diversos como la investigación, la adaptación de materiales curriculares o la realización de trabajo de fin de grado o fin de máster. En la firma también han estado presentes, por parte del centro docente, la vicerrectora de Infraestructuras y Sostenibilidad, Candela Díaz y, por parte de la organización social, su director en Tenerife, Andrés Guillén; y su jefa del Departamento de Coordinación y Talento en la provincia, Sara Pérez.
José Antonio López señaló que un desafío de su organización es lograr que el colectivo de personas con discapacidad esté cada vez más presente en la universidad, puesto que en la actualidad sus cifras de inserción son poco halagüeñas, en torno al 1,5% del total de matrículas en estudios superiores. En ese sentido, recordaron que el curso pasado solamente hubo una persona ciega en la Universidad de La Laguna, que proseguirá sus estudios este curso 2024-25 y le acompañarán dos personas más con discapacidad visual en diferente grado.
Francisco García señaló que un instrumento perfecto para vehicular la colaboración entre ambas instituciones podría ser el Programa de Atención a Estudiantes con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (PAED). Este servicio diagnostica la casuística de cada estudiante con discapacidad matriculada en el centro y le ofrece soluciones personalizadas de adaptación de la docencia a sus necesidades particulares, coordinándose para ello con el profesorado de las materias. La ONCE puede ofrecer asesoramiento técnico en materia curricular y de itinerarios académicos adaptados.
El protocolo firmado establece un vínculo de colaboración estable en diferentes facetas. Una de las predominantes es el apoyo a la investigación vinculada a las dificultades visuales, el asesoramiento en proyectos de I+D de carácter competitivo y de innovación educativa referidos a la ceguera o la discapacidad visual, así como el apoyo a las personas que, con estas características, pertenecen a la comunidad universitaria.
El convenio también recoge la puesta en marcha de prácticas curriculares, así como el desarrollo de cursos de especialización, de extensión universitaria y culturales, así como todo tipo de formación que se considere pertinente. Como señalo la vicerrectora, también se van a emprender acciones de concienciación dirigidas tanto al personal docente e investigador como al personal técnico, de gestión y de administración y servicios, para mejorar su sensibilidad hacia las necesidades del colectivo universitario con discapacidad