REFLEXIÓN DEL VIERNES
Malvadamente estigmatizados
El sector de la construcción, siendo vital para la vida, por cierto, sin el cual sería cuasi imposible su existencia, aunque parezca contradictorio o sorprendente, casi siempre ha sido estigmatizado, es decir, marcado pícaro y malintencionadamente como dañoso, cuando en realidad su significancia autentica es totalmente positiva, pese a quien le pese por sus interioridades ideológicas. Siendo sinceros, algunas veces con razón, se han cometido excesos, pero que son casos concretos, donde no se puede generalizar, porque sería injusto, ante la inmensa mayoría de los que participan responsable, profesionalmente y con verdadera capacitación, para conformar una existencia humana general más cómoda y suficientemente equilibrada, haciéndola agradable, donde lo construido o por ejecutar, aporta al sistema productivo, a la economía y al bienestar social lo mejor. Sin construcción no hay vida, con la construcción hay presente y futuro. Una buena línea de pensamiento para después ponerla en práctica, es la que plantea que “no somos perfectos, estamos en construcción permanente”