FÚTBOL
Estrepitosa derrota de la U.D. Las Palmas, que pudo ser peor, en el Bernabéu frente al Real Madrid
El encuentro despertó con una cascada de ocasiones y un gol muy temprano de la UD Las Palmas. A los 26 segundos de juego, en la primera maniobra ofensiva de los amarillos, Fabio Silva colocó su remate en las redes de Courtois. Fue una jugada incisiva de los amarillos, que inició Moleiro, prolongó Sandro desde la izquierda y la remató el portugués en el área pequeña. Silva, que también había marcado en la visita al FC Barcelona, se convertía en el primer protagonista de la tarde.
Las Palmas había salido al terreno de juego con mucha determinación y una novedad importante en su alineación. El técnico Diego Martínez había optado por adelantar a Mika Mármol en la posición del sancionado Essugo, recuperando a Alex Muñoz en su versión como lateral zurdo.
El Real Madrid malogró su primera oportunidad a los 2 minutos, con un disparo de Brahim al lateral de la red. Y de nuevo Fabio Silva tuvo ocasión de rematar en el área al culminar un pase de su compañero Moleiro. El portugués no logró en esta ocasión afinar el chut, que se fue alto.
El encuentro estaba girando en su dirección. Tras varios intentos más, el equipo blanco, que se jugaba en el evite el liderato de la clasificación, logró el empate a través de un penalti. Lo cometió Sandro Ramírez en una disputa con Rodrygo. Y fue Mbappé, desde los once metros, el que estableció las tablas cuando el reloj señalaba el minuto 17.
Cillessen resolvió con eficacia varios disparos de los delanteros Brahim, Mbappé -el francés desde fuera del área- y uno más de Rodrygo antes de la primera media hora. Pero el encuentro se iba a decantar en apenas 3 minutos, con el segundo y tercero de los goles locales, obras de Brahim y Mbappé.
El colegiado anuló antes del descanso un nuevo tanto a Mbappé, por fuera de juego en el primer movimiento del francés. El 4-1 ya llegó en el transcurso del segundo periodo, a través de Rodrygo.
El árbitro del encuentro y la sala VAR estuvieron de acuerdo al anular un quinto gol, marcado por Bellingham, al considerar un fuera de juego inicial de Rudiger. Y más tarde otro de Valverde, por la misma infracción de su compañero Vázquez.
En esos momentos ya no había partido porque cualquier tipo de reacción había estado muy condicionada con la tarjeta roja a Benito, a falta de media hora para la conclusión.