Historia, los mejores campeones mundiales españoles de boxeo de todos los tiempos

Aunque todavía no es uno de los deportes más populares del país, el boxeo en España se abre camino poco a poco. Así lo demuestra el creciente número de nuevos deportistas. También se aprecia en los horarios de las cadenas de televisión, sobre todo de pago, que emiten combates de boxeo con mayor frecuencia. Por último, por la información y las cuotas que ofrecen sitios de apuestas como Betsson España, que dedican un amplio espacio a los combates en el ring.
También es relevante la gran cantidad de gimnasios y de centros de formación que se han ido diseminando y asentando por el territorio peninsular. Estas instalaciones han servido para aumentar progresivamente el nivel de los deportistas patrios.
Pero antes de llegar a esta situación, hubo una serie de boxeadores que tuvieron que competir contra viento y marea en contextos mucho más minoritarios. En este artículo queremos homenajear algunos nombres que han dejado su huella en la historia del boxeo nacional. Detallaremos los casos de Baltasar Belenguer Hervás, de José Legrá y de Pedro Carrasco. Tres figuras clave en la historia de esta disciplina.
Baltasar Belenguer Hervás – El primer campeón del mundo español
Empezaremos el artículo exponiendo el caso del primer campeón del mundo nacido en España: Baltasar Belenguer Hervás, popularizado como “Sangchili”. Este curioso seudónimo guarda relación con una persona asociada a su familia, nacida en China. Su nombre era Sang Chi Li, y de ahí el origen del término.
Belenguer nació en la ciudad de Valencia el 15 de octubre de 1909, y es precisamente en la Capital del Turia, donde empezó a forjar su carrera como boxeador. Su mayor éxito deportivo se materializó el 1 de junio de 1935, cuando obtuvo el premio como campeón mundial de boxeo en la categoría de Peso Gallo. Esta efeméride tuvo lugar el 1 de junio de 1935, cuando la implementación social de boxeo evidentemente no tenía los niveles de la actualidad. El combate se celebró en su ciudad natal, concretamente en la Plaza de Toros, y el rival al que se enfrentó fue Alf Brown, un boxeador de Panamá que ostentaba dicho título.
Antes de ese combate ya había acumulado 50 victorias en 60 enfrentamientos, síntoma de su buen hacer sobre el tapiz. También había sido coronado campeón de España, pero es mucho más relevante su campeonato mundial. Tras su retirada se dedicó a la vida formativa, pasando el testigo a otros jóvenes que, como él, querían abrirse paso en el boxeo.
José Legrá – El puma de Baracoa
El segundo perfil que queremos repasar es el de José Legrá. El boxeador, nacido en Cuba en 1943, obtuvo la nacionalidad como español en 1966. Fue precisamente en España donde empezó su epopeya como combatiente profesional. Su apodo “El Puma de Baracoa”, ya deja entrever sus características sobre el cuadrilátero: potencia, velocidad y resistencia.
Fue coronado en dos ocasiones como campeón mundial. La primera fue en el año 1968, cuando consiguió ganar al boxeador inglés Howard Winstone. Fue el máximo referente dentro de la categoría de peso pluma. En 1972 fue capaz de volver a recuperar el título tras imponerse a Clemente Sánchez, boxeador mexicano también de armas tomar.
El boxeo de los 60 no puede entenderse sin la aportación del Puma de Baracoa, que volvió a colocar a España dentro del panorama internacional.
(Pixabay)
Pedro Carrasco – El boxeador fino y estilista
Acabamos repasando la biografía de Pedro Carrasco. A diferencia de los otros dos referentes que hemos descrito, Carrasco tenía un perfil mucho más técnico y estético. También era contundente, evidentemente, pero sus características físicas encajaban más con un boxeo especulativo. Nació en Huelva en el año 1943, y es una de las figuras más recordadas del combate español de los 70. Carrasco fue capaz de convertirse en el campeón mundial de peso ligero tras vencer a Mando Ramos. Un contendiente estadounidense que intentó ponérselo difícil. Su figura también excedía los límites del boxeo, gracias a su carisma y presencia, convirtiéndose en un icono generacional.