Economía

El cobre y la transición energética: ¿una nueva fiebre del oro?

Canarias Noticias - 01/07/2025

En el contexto de la transición global hacia la energía sostenible, el cobre vuelve a estar en el punto de mira. Las energías renovables, los vehículos eléctricos, la infraestructura de carga y la electrificación industrial demandan cada vez más este metal. Analistas, bancos y empresas manufactureras se refieren cada vez más a la situación actual como una "nueva fiebre del cobre". Pero ¿cuán justificado está este interés? Este artículo analiza cómo está cambiando el papel del cobre en la economía global, qué influye en el precio del cobre y cuáles son las perspectivas reales del mercado para los próximos años.

Por qué el cobre se está convirtiendo en un metal de transición clave

El cobre posee propiedades únicas de conductividad eléctrica que lo hacen indispensable en la mayoría de las tecnologías de energía verde. Las turbinas eólicas, los paneles solares, las baterías e incluso los electrolizadores de hidrógeno requieren cobre en grandes cantidades. Un coche eléctrico, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), contiene en promedio 2,5 veces más cobre que un coche con motor de combustión interna.

Además del transporte, el cobre es necesario para construir redes eléctricas, centros de datos y sistemas de almacenamiento de energía. Estos sectores están experimentando un rápido crecimiento al mismo tiempo, lo que impulsa la demanda.

El cobre también desempeña un papel cada vez más importante en los edificios energéticamente eficientes, donde se utiliza en sistemas de calefacción, refrigeración y ventilación, así como en la integración con elementos de fachada solar. Esto aumenta su importancia no solo en la industria, sino también en la ingeniería civil.

Demanda, oferta y cuellos de botella

Según un informe de Goldman Sachs (diciembre de 2024), el déficit mundial de cobre podría alcanzar los 5 millones de toneladas para 2030 si la inversión en exploración y minería se mantiene en los niveles actuales. Esto pone en riesgo los planes de descarbonización, especialmente en la UE y China.

A finales de 2024, los principales productores de cobre —Chile, Perú, China y la República Democrática del Congo— se enfrentan a desafíos internos: inestabilidad política, problemas de suministro de agua, protestas sociales y el envejecimiento de las minas. En 2024, la producción de Chile cayó un 4,1% respecto al año anterior, según Cochilco.

La oferta crece lentamente y los nuevos proyectos tardan entre 7 y 10 años en lanzarse. Este retraso estructural genera volatilidad, lo que afecta directamente el precio del cobre.

Además, el procesamiento de concentrados de cobre requiere materias primas de alta calidad, cada vez más escasas. Cada vez más minerales con bajo contenido de cobre se incorporan al mercado, lo que reduce la eficiencia de la producción y aumenta los costos.

Precio del cobre: tendencias y previsiones

El precio del cobre fluctuó entre $3,50 y $4,70 por libra en 2024. Tras caer en el primer semestre debido a la preocupación por la desaceleración de la economía china, el precio se estabilizó en $4,30 por libra en octubre. El principal impulsor del crecimiento fueron las noticias sobre las medidas de estímulo en China y las inversiones en la red eléctrica estadounidense.

Bank of America, en su pronóstico para enero de 2025, prevé que el cobre alcance los 6 dólares por libra para 2026, siempre que no se retrasen los proyectos de infraestructura. UBS, por su parte, advierte sobre condiciones de sobrecompra a corto plazo debido a la actividad de los operadores y recomienda cobertura.

Los mercados de futuros y opciones sobre el cobre también muestran un gran interés. Los volúmenes de negociación en la CME y la LME crecieron un 22% y un 18%, respectivamente, en 2024. Esto indica un enfoque creciente en el cobre como activo estratégico.

El cobre como activo de inversión

Los inversores institucionales han comenzado a considerar el cobre no sólo como un metal industrial, sino también como una herramienta de diversificación en sus carteras. Los fondos especializados en inversiones ESG incluyen empresas asociadas con la minería y el procesamiento del cobre.

Por ejemplo, Freeport-McMoRan y Southern Copper han aumentado significativamente en 2024. El interés en los ETF de cobre, como el Global X Copper Miners ETF y el United States Copper Index Fund, también está creciendo. Esto aumenta la liquidez y hace que el precio del cobre sea más sensible a los flujos financieros, no solo a la demanda física.

Algunos bancos importantes han comenzado a desarrollar productos indexados enfocados exclusivamente en el “cobre verde” (suministros con una baja huella de carbono), abriendo la puerta a un segmento premium del comercio de materias primas. 

Geopolítica y nacionalismo de los recursos

Los principales yacimientos de cobre se concentran en países con inestabilidad política. En Perú y Chile, se produjeron disturbios en 2024, lo que provocó la suspensión temporal de la producción en algunas de las minas más grandes. Esto generó una escasez a corto plazo y provocó un aumento repentino de los precios en el mercado de futuros.

También existe una creciente tendencia hacia el nacionalismo de los recursos, con gobiernos locales que buscan impuestos más altos o una mayor participación estatal en proyectos mineros. En Chile, se está debatiendo la creación de un holding estatal para controlar metales estratégicos, como el cobre y el litio. Estas medidas podrían reducir la rentabilidad y frenar la inversión.

El cobre se ha convertido en parte de una estrategia global de seguridad de suministro a medida que Estados Unidos y China compiten más intensamente. Ambos países están intensificando sus esfuerzos diplomáticos en África y Latinoamérica para asegurar el acceso a minas clave. 

Desafíos tecnológicos y ambientales

La minería de cobre conlleva un alto consumo de agua y energía, además de un alto impacto ambiental. En el contexto de los crecientes requisitos ESG, las empresas se ven obligadas a implementar nuevos métodos: flotación en seco, procesamiento de relaves y reutilización del agua de mina. Esto incrementa la inversión de capital y el precio de costo.

Por otro lado, el interés en las tecnologías de reciclaje de cobre está creciendo. Según el World Copper Factbook 2024, el reciclaje representa aproximadamente el 17% del suministro mundial. Sin embargo, esto no es suficiente para cubrir la creciente demanda. El desarrollo de una economía cerrada en este sector es aún más teoría que práctica.

Algunas empresas emergentes están desarrollando tecnologías de biolixiviación (que utilizan bacterias para extraer cobre de minerales de baja calidad) que podrían cambiar radicalmente la economía de la minería si logran escalar.

Resiliencia de la cadena de suministro

Una de las principales amenazas es la interrupción de las cadenas de suministro globales. Los conflictos geopolíticos, las barreras comerciales, el aumento de los costos del transporte y los desastres climáticos dificultan el suministro de concentrados y ánodos. Entre 2023 y 2024, las interrupciones en el Canal de Panamá retrasaron las entregas a Asia entre 4 y 6 semanas.

Para cubrir sus gastos, grandes consumidores, como fabricantes de cables y baterías, están adoptando modelos de suministro local. Tesla y Schneider Electric ya han comenzado a invertir en instalaciones de procesamiento más cercanas a sus líneas de ensamblaje.

Algunos países, incluidos Indonesia y la India, están comenzando a implementar reservas estratégicas de cobre, similares a las reservas estratégicas de petróleo, lo que refleja el reconocimiento del cobre como un elemento de seguridad nacional. 

Apoyo regulatorio y planificación estratégica

Los gobiernos incluyen cada vez más el cobre en las listas de materiales críticos. En la UE, forma parte de la Ley de Materias Primas Críticas. En EE. UU., el cobre está incluido en la lista de recursos prioritarios de la Ley de Producción de Defensa. Esto crea las condiciones para subsidios, menores barreras y una aprobación acelerada de proyectos.

Además, los bancos de desarrollo, incluido el BERD y el BID, han comenzado a financiar proyectos de procesamiento de cobre en países en desarrollo, lo que ayudará a diversificar la oferta y aliviar la presión sobre las regiones mineras tradicionales.

También se están llevando a cabo debates para crear normas internacionales para la “minería responsable del cobre”, lo que mejoraría la transparencia y la sostenibilidad de las cadenas de suministro.

Conclusión: ¿Una nueva era para el cobre?

El cobre es fundamental en la transformación energética global. Sus propiedades físicas, su versatilidad de aplicación y su disponibilidad limitada lo convierten en un recurso de importancia estratégica para el siglo XXI.

El precio del cobre refleja cada vez más no solo las condiciones industriales, sino también procesos más amplios, desde la especulación financiera hasta los cambios en la política energética. En un contexto de incertidumbre y creciente demanda, los inversores y los gobiernos están reconsiderando su postura respecto al cobre.

Esto no es solo un ciclo de precios altos. Es un cambio hacia una nueva realidad en la que el cobre se convierte en el equivalente al petróleo en la era de la descarbonización. Y así como hubo una carrera por el petróleo, ahora hay una carrera por el cobre. La pregunta es quién llegará primero.