El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria cuenta desde esta semana con un resistógrafo, un instrumento que permite medir la resistencia de la madera a la introducción de una aguja y así detectar posibles oquedades internas. Este aparato se une a un tomógrafo adquirido recientemente, y que a través de sensores de sonido localiza zonas huecas o podridas en el interior de un tronco. Ambos instrumentos se complementan para la evaluación de ejemplares en los que se haya detectado un riesgo aparente.
Tras la adquisición de los instrumentos, se ha desplazado a la ciudad personal especializado que ha formado a técnicos y técnicas del área de Parques y Jardines para su correcta utilización e interpretación. Estas medias forman parte del Plan de Acción para el arbolado que la Concejalía de Desarrollo Estratégico, Sostenibilidad, Energía, Parques y Jardines y Sector Primario ha puesto en marcha. Con este plan de inspección, se busca mejorar la revisión de los ejemplares, el registro de información relevante, la aplicación de protocolos de seguridad y la implementación de medidas preventivas y correctivas que reduzcan los riesgos del arbolado urbano y alarguen su vida y bienestar.