Hoy en día, la línea que separa la realidad física de la virtual es cada vez más difusa, con un creciente número de acciones que se desarrollan en el ámbito digital. Desde coordinar una cita médica o interactuar con un amigo, hasta la rúbrica de contratos de gran envergadura. Este incremento en las actividades digitales ha convertido la protección de la información en estos entornos en una prioridad ineludible.
Cada correo electrónico, archivo en la nube o dispositivo conectado, representa una posible vía de acceso para los ciberdelincuentes. Esta realidad no es ciencia ficción: las cifras son alarmantes. De hecho, se estima que el coste global del cibercrimen excederá los 10 billones de dólares para 2025, según datos de Cybersecurity Ventures. Por ello, la protección es imperativa y la elección de la empresa de ciberseguridad adecuada es una decisión crucial para cualquier organización, independientemente de su tamaño.
En este artículo te presentamos siete factores cruciales a considerar antes de establecer un contrato con cualquiera de ellas:
Aunque la ciberseguridad infalible sigue siendo un objetivo, la experiencia es un factor crucial. Una empresa con años de trayectoria, que ha colaborado con diversos clientes, que cuenta con certificaciones reconocidas y casos de éxito verificables, ofrece una clara señal de fiabilidad. En este ámbito, la reputación se construye y se demuestra con la capacidad de respuesta ante problemas reales.
Cada empresa presenta una estructura, riesgos y necesidades únicas. Por ejemplo, no es comparable la protección de datos en una clínica con la protección de los sistemas internos de una cadena logística, lo que subraya la importancia de que los servicios de ciberseguridad deban ser personalizados en función de tu empresa.
En el ámbito de la ciberseguridad en Canarias, son varias las empresas han destacado por su capacidad para proteger a las organizaciones frente a amenazas digitales. Algunas de ellas como OneCyber, ofrecen servicios avanzados de ciberseguridad diseñados para cubrir tanto el día a día como las situaciones de emergencia. Su estrategia incluye una monitorización constante, respuesta ante incidentes, auditorías y, sobre todo, un enfoque adaptado al crecimiento y la evolución de cada negocio.
Los ciberdelincuentes no esperan a que empiece la jornada laboral. Un fallo en la madrugada de un sábado puede costar mucho más que un susto. Por eso, la empresa contratada debe contar con un equipo que trabaje en turnos, que vigile los sistemas sin descanso, y que sepa reaccionar en tiempo real.
Los buenos proveedores detectan el problema y lo neutralizan rápido, informando de forma clara y comprensible.
El mundo digital evoluciona a una velocidad de vértigo, tanto, que las amenazas de hoy en día no se parecen en nada a las de hace una década.
El proveedor de ciberseguridad que elijas debe, por tanto, estar siempre al día, trabajando con herramientas de última generación para la detección en los endpoints, analizando eventos de seguridad (SIEM), arquitecturas Zero Trust… Y sí, muchas de estas soluciones ya integran Inteligencia Artificial para detectar patrones sospechosos incluso antes de que se conviertan en ataques reales.
Además, un buen proveedor no solo protege, sino que también ayuda a cumplir la ley. RGPD, directivas europeas como NIS2, estándares como ISO… todo eso también forma parte de una protección contra ciberataques eficaz.
Por mucho que las empresas inviertan en tecnología, si el equipo utilizado no sabe identificar un correo fraudulento, el riesgo continúa. La empresa elegida debería ofrecer formación a los empleados sobre simulacros de ataques, vídeos explicativos, talleres prácticos. Porque cuando la plantilla está bien entrenada, los riesgos bajan en picado. Una cultura de seguridad compartida es uno de los activos más valiosos que puede tener una empresa.
La ciberseguridad no va solo de apagar fuegos. También tiene que ver con el acompañamiento, la ayuda para la anticipación, y entender lo que se necesita en cada momento. TelefónicaTech, da algunos factores para evitar ciberataques, como analizar los sistemas de forma periódica, identificar puntos débiles y aplicar soluciones específicas. Pero la capacidad de explicarlo de forma clara, empática y con propuestas comprensibles, sin caer en la jerga técnica, es igualmente crucial.
Hoy es una Pyme, mañana quizás crezca y se expanda a nuevos mercados, pasa parte de los servicios a la nube, o se incorporan tecnologías nuevas. Es necesario, por tanto, una empresa de ciberseguridad que pueda acompañar a tu empresa y recorrer juntos ese camino. Que no solo venda un servicio puntual, sino una visión.
Las mejores empresas de ciberseguridad ofrecen escalabilidad, flexibilidad e integración. Piensan en el presente, pero también en lo que puede pasar en uno, tres o cinco años.
En definitiva, la elección de una empresa de ciberseguridad no debe tomarse a la ligera. Es un proceso que exige una evaluación meticulosa de diversos factores: desde la trayectoria y la personalización de las soluciones, hasta la capacidad de respuesta 24/7 y la integración de tecnología de vanguardia. La formación de los empleados, una comunicación fluida y la escalabilidad del servicio son igualmente vitales. Al considerar estos siete puntos clave, las organizaciones pueden asegurar una protección robusta y adaptada a sus necesidades, construyendo una defensa sólida frente a las crecientes amenazas del cibercrimen en un entorno digital en constante evolución.