¿Te causa curiosidad por qué otras casas generan más energía solar que la tuya, a pesar de que tienes paneles instalados? Hay varios elementos que hacen que una placa funcione mejor que otra. No se trata solamente del sol, el tipo de panel o su tamaño, sino de una mezcla de cosas que a menudo mucha gente no ve. Desde los materiales con los que están hechos, hasta su ubicación y el cuidado que les das. En este artículo verás esos detalles que influyen en su eficiencia para que puedas optimizar tu sistema y sacarle más provecho.
La capacidad de tu placa solar para producir energía depende mucho de estos factores cruciales. Si es monocristalina, su eficiencia es alta, debido a que está fabricada con un cristal de silicio puro. En cambio, los paneles policristalinos, usan varios cristales de baja pureza, lo que los hace menos eficientes. El revestimiento y la forma en que se fabrican afectan también el rendimiento. Cuando la calidad de los materiales no es buena, pierden energía y se dañan rápido. Por eso, es mejor comprar sistemas que tengan certificaciones.
Para que tus paneles te den toda la energía que quieres, necesitan recibir luz solar directa de forma continua. Si el sol llega con fuerza y por más tiempo a la zona donde vives, producirán más. En lugares menos soleados, con sombra y durante el invierno, esa eficiencia disminuye. La suciedad o un objeto cercano pueden bloquear la luz que captan y reducir su rendimiento. Asegúrate de que su ubicación sea la correcta y que nada los tape.
La dirección y el ángulo correcto son esenciales para que tu placa aproveche la máxima energía del sol durante el día. Lo ideal es que apunte en el hemisferio norte hacia el sur, y al norte, en el hemisferio sur. Ajusta la inclinación según la latitud de tu zona para conseguir una mejor exposición solar. Aunque tu sistema sea de alta calidad, si la orientación es mala, desperdiciará gran parte del sol. Por eso, al instalarlo, es crucial que evalúes estos factores.
¿Sabías que el calor muy fuerte no le sienta bien a los paneles solares? Sí, es sorprendente, ya que necesitan llevar sol. Pero, cuando se exponen a temperaturas altas su rendimiento es bajo, porque afecta su capacidad para transformar la luz solar en electricidad. Rinden más en ambientes frescos y radiantes. Los chubascos, el granizo, la nieve y la humedad, no solo disminuyen su eficiencia, sino que también pueden dañarlos.
Cuidar adecuadamente tus paneles es igual de importante que la instalación para que funcionen bien. Si dejas que se les acumule el polvo o se cubran de hojas, no generarán suficiente energía. Los residuos bloquean la luz que reciben del sol, impidiendo que hagan bien su trabajo. Por eso, es necesario que limpies y revises periódicamente sus componentes, para detectar cualquier daño o avería en los cables y conexiones eléctricas.
La eficiencia de las placas solares no tiene que ver solo con la tecnología, sino también con la atención que les des. De nada sirve tener un sistema ultramoderno, si subestimas los factores que influyen en su rendimiento: los materiales, la intensidad y las horas de sol que recibe, la orientación, la temperatura, el clima y el mantenimiento. Entender esto te ayudará a esforzarte un poco más para recibir la mayor cantidad de energía posible para tu hogar.