El Ayuntamiento de Valsequillo ha dado el pistoletazo de salida a los preparativos de la XXXIX edición de la Suelta del Perro Maldito, una de las fiestas más emblemáticas y multitudinarias del municipio. La primera asamblea, celebrada en el Teatro Cronista Oficial Jacinto Suárez Martel, superó todas las expectativas de asistencia, evidenciando el gran interés y la implicación de los vecinos y vecinas en la organización del evento.
La reunión, que congregó a un nutrido grupo de residentes, asociaciones y colaboradores, sirvió para sentar las bases de la próxima edición, que promete seguir la estela de éxito de años anteriores. El gran apoyo de la comunidad fue recibido con entusiasmo por la concejalía de Cultura. El concejal del área, José Juan Pérez, destacó la importancia de la colaboración ciudadana para el mantenimiento y crecimiento de la fiesta. “La Suelta del Perro Maldito es una tradición que nos une y nos llena de orgullo”, afirmó. “Ver la gran respuesta de los vecinos y el entusiasmo con el que se involucran en los preparativos es un claro reflejo de que esta fiesta es de todos y para todos. Su apoyo es fundamental para que siga viva y cada vez más fuerte”.
Desde el consistorio, se ha agradecido la masiva participación y se ha emplazado a todos los implicados a los talleres que comenzarán este jueves, donde se seguirán perfilando los detalles de esta nueva edición. Un acto cuya dirección artística estará a cargo de la empresa Diseños y Espectáculos Tembrujo cuya idea fue seleccionada por un Comité y que ayer dio a conocer algunas pinceladas con las que se comenzará a trabajar a través de los talleres y las asambleas.
La Suelta del Perro Maldito se celebra cada 28 de septiembre, víspera de San Miguel. La tradición de temer al Perro Maldito tiene su origen en torno a 1803, cuando el escultor Luján Pérez esculpió en el tronco de un castañero de los linderos del pueblo la única escultura del mundo de San Miguel Arcángel que tiene a sus pies, en representación del diablo, a un perro en vez de a un dragón.
La población de Valsequillo decía que la noche de San Miguel, el diablo transformado en perro se soltaba de las cadenas del Arcángel San Miguel y junto a brujas y demonios comenzaba la lucha, la libertad y la represión, los miedos y las orgías, las fiestas y los encierros, como parte de las Fiestas de San Miguel Arcángel, atrayendo a miles de visitantes cada año para presenciar la lucha entre el bien y el mal.