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ALFRÉD HAJÓS: NATACIÓN Y ARQUITECTURA

Alfréd Hajós nació en Budapest el 1 de febrero de 1878, en el seno de una familia judía con el nombre de Arnold Guttmann. Su padre fue Jakob Guttmann, un judío checo, y su madre Rosalia Löwy, una judía húngara. Tuvo cuatro hermanos.

Alfréd Hajós aprendió a nadar con su padre a la edad de cuatro años en una piscina construida a orillas del Danubio. Y, tras observar con 13 años cómo este se ahogaba, decidió que quería ser nadador profesional e inició sus entrenamientos para conseguirlo.

En 1895, con solo 17 años, Alfréd Hajós se proclamó Campeón de Europa de los 100 metros estilo libre. Y, un año más tarde, acudió a los Juegos Olímpicos de Atenas, compitió y triunfó. Alfréd Hajós, con solo 18 años, consiguió vencer en la prueba de los 100 metros estilo libre con un tiempo de 1 minuto y 22 segundos y en los 1.200 metros estilo libre con un registro de 18 minutos y 22 segundos. Una gloria olímpica temprana.

Antes de la prueba de los 1.200 metros, Hajós se cubrió el cuerpo con una capa de grasa de un centímetro de grosor para intentar atenuar el frío, pero a pesar de eso lo padeció con extrema dureza. Después de la prueba, reconoció que era tal el frío dentro del agua que hubiese preferido salirse de ella que ganar.

Alfréd Hajós fue el primer Campeón Olímpico de natación de la historia y el más joven de los campeones de los Juegos Olímpicos de Atenas de 1896.

Concluidos los Juegos de Atenas, Hajós revalidó su título europeo de 100 metros estilo libre y se dedicó a otros deportes como el atletismo y el fútbol con notable éxito. En 1898, se proclamó Campeón de Hungría de atletismo en las pruebas de 100 metros lisos, 400 metros vallas y lanzamiento de disco. Y, desde ese año hasta 1904, militó en el Budapesti Torna Club, equipo de fútbol con el que consiguió el título de la Liga de Fútbol de Hungría de los años 1901 y 1902. En 1906, en el ocaso de su carrera deportiva, Hajós también ejerció de seleccionador nacional de fútbol de Hungría.

Alfréd Hajós tuvo otra devoción fuera del deporte, la arquitectura. Se graduó en la Universidad Politécnica József de Budapest como arquitecto en 1899 y, de inmediato, se decantó por el estilo Art Nouveau o modernismo, aunque más tarde evolucionaría hacia otros estilos.

En 1910, año en el que junto a Vilma Blockner tuvo a su único hijo Endre, Alfréd Hajós diseñó la fábrica Dozzi József Szalamigyár Rt de Budapest. Y, en 1913, el Gimnasio Ján Francisci-Rimavský, situado en Levoča, actual Eslovaquia. Dos obras modernistas destacadas.

Ya en 1915, Alfréd Hajós diseñó el Grand Hotel Aranybika de Debrecen, Hungría, un edificio modernista extraordinario, en este caso con 192 habitaciones, cafés, restaurantes, spa, teatro y un salón ceremonial, junto a diversas estancias internas repletas de simbolismo.

En los años veinte, Alfréd Hajós firmó otras obras deportivas destacadas en Budapest como el Estadio Ferenc Szusza (1922), el Estadio Millenáris Sportpálya (1928) o el Estadio Nacional de Natación (1930), el cual actualmente lleva su nombre.

En 1924, Hajós presentó un diseño a la competición de arte que se organizó en los Juegos Olímpicos de París 1924 y consiguió la medalla de plata, en un concurso en el que el jurado no otorgó ninguna medalla de oro. Fue otro éxito en su trayectoria.

Tras unirse el gobierno húngaro a la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), la situación para los judíos húngaros se agravó y Hajós tuvo que limitar su actividad e, incluso, esconderse. Finalizada la guerra, la URSS ocupó el territorio de Hungría, estableciéndose la República Popular Húngara en 1949, y Hajós retomó su actividad como arquitecto. Pasó a ser el asesor técnico de la Oficina de Diseño para la Construcción de Edificios del nuevo Estado húngaro, participando en la reconstrucción de grandes edificios públicos. Fueron sus últimas grandes obras.

En 1953, el Comité Olímpico Internacional le otorgó a Alfréd Hajós el diploma al mérito olímpico. Y, a posteriori, los Hall of Fame de natación y de los deportistas judíos lo incorporaron en sus listas. Entre 1954 y 1955, Hajós escribió sus memorias, las cuales vieron la luz tras su muerte en 1956.

Al igual que otros atletas y campeones olímpicos como Thomas Green, Harold Abrahams o Ralph Metcalfe, Alfréd Hajós fue miembro de la masonería. Y, al igual que Abrahams, fue un converso al cristianismo.

Alfréd Hajós falleció en Budapest el 12 de noviembre de 1955, siendo enterrado en la tumba de la familia de su esposa del cementerio hebreo de la calle Cozma de Budapest, a pesar de su conversión al cristianismo. Su mujer Vilma Blockner le sobrevivió trece años.

El Estado comunista de la República Popular Húngara no se olvidó de Alfréd Hajós tras su fallecimiento. En 1966, el Ayuntamiento de Budapest le puso su nombre al paseo situado junto al Estadio Nacional de Natación. Y, en 1968, el Estado húngaro abrió el Museo de Educación Física en reconocimiento a Alfréd Hajós.

Alfréd Hajós dejó una huella imborrable con sus dos oros olímpicos en natación y los grandes edificios que construyó. El mundo del deporte y la arquitectura lo recuerdan, no lo han olvidado. Sus logros y sus obras son testigos de su excepcional talento.

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