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CÁDIZ Y EL MUSEO IBEROAMERICANO DEL TÍTERE

Consta de unos quinientos elementos, entre títeres y otras piezas de atrezzo, especialmente una colección de títeres de la Tía Norica, que es una tradición de títeres, que tiene al menos doscientos años, 1790, se cree de origen italiano. 

Hasta donde sabemos, los títeres, tienen unos cuatro mil años, en el antiguo Egipto, se han encontrado, una pieza con una cuerda, que se interpreta como el primer objeto de esta modalidad de teatro. Existen actividades culturales, que algunos denominan populares, que quizás, no se les ha dado la importancia que tienen, entre otras el títere, el humor hablado, sea dialogado o monólogo o de payasos, el canto popular, que en este campo se ha avanzado mucho, el circo, etc. Quizás, a veces pienso, que estas actividades, les ha faltado, o quizás, lo hayan tenido, pero no lo hemos reconocido, sus Dantes o Shakespeare, o sus Picasso o Velázquez, o sus Beethoven y Mozart, que hayan elevado esas categoría artísticas y culturales y populares al máximo de la expresión. . 

La colección de títeres de este museo, está formada, según mis noticias de títeres de veintiocho países, con todos los utensilios necesarios para su puesta en escena. Por lo menos a mi generación, los títeres son recuerda que llegaban al pueblo, en tiempos de feria, aquellos muñecos que se movían con escenas diferentes, y con diálogos altisonantes, nos devuelve algo de nuestra infancia. Quizás, a las nuevas generaciones los títeres, diríamos materiales, en un escenario físico y esperando el niño o niña o adulto que empiece la función, no le digan casi nada. Quizás, las nuevas generaciones hayan consumido el “títere televisivo o audiovisual”, es decir, los muñecos que se mueven en el escenario televisivo, mitad dibujos animados, mitad personajes de ficción hechos de telas y plásticos y cuerdas. O, actores metidos en trajes infantiles (osos, conejos, ranas…). Quizás, el títere sin saberlo y buscarlo ha ido evolucionando y materializándose en la televisión, en los programas infantiles… 

Tres tipos de teatro de títeres

Se podría indicar, que esta variedad-modalidad de teatro, tendría, potencialmente, como dos grandes públicos, el títere o marioneta para la infancia, y, aquella para la etapas adultas, quizás, un tipo, tercero, para ambos públicos a la vez

Creando una sección o especialidad en las entidades y organismos que entienden y se dedican al teatro, podría crearse un teatro de títeres-marionetas-guiñoles-muñecos, de tal forma que potencialmente se adaptasen obras clásicas del teatro universal al sistema de títeres, y al mismo tiempo, se creasen nuevos guiones teatrales, dirigidos especialmente para el mundo de las marionetas y los títeres, y, desde luego, también, para el público infantil. 

De este modo, quizás, con pocos recursos humanos y económicos, aprovechando toda la infraestructura existente en este campo, podría renovarse el interés, hacer renacer esta actividad, que podría después, difundirse, diríamos en sistemas de visión directa, o a través, de los medios de comunicación audiovisuales… 

Tenemos que ser conscientes que el gran arte, puede surgir de cualquier cosa, diez versos puede ser un poema genial, un microrrelato, un fragmento de texto, una fotografía, etc., y, también una representación teatral de marionetas. El arte o el gran arte, no depende necesariamente, del tipo o género o estilo o tendencia de ese arte, sea literario o musical o plástico o gastronómico o del movimiento-danza, sino que es “meter en ese artefacto estético y artístico, formal y material, mucho de la racionalidad e irracionalidad humana, es decir, otorgar de sentido, significante y significado, a una realidad”. Dicho de otro modo, darle al movimiento de unos muñecos y con unos diálogos, llegar al fondo, de lo humano, porque al final, todo arte, sea el tipo que sea, solo busca descifrar el alma y la carne y la mente humana, individual y colectiva. 

Potencialmente un gran futuro para este Museo

Si es voluntad de las autoridades administrativas y privadas, pueden tener un gran museo del Títere, si se emplea un mínimo y suficiente cantidad de fondos, para ir recogiendo materiales del títeres de todo el mundo, una biblioteca más completa, algún festival del títere de forma anual, un concurso, por ejemplo, de “nuevas piezas de teatro del títere”, de forma escrita o dialogada, recopilar materiales fotográficos y visuales que todavía puedan existir sobre esta materia, crear un canal youtube de dicho museo, una Web específica de este museo, etc. 

Es decir, el Museo Iberoamericano del títere de Cádiz, podría ser un elemento de incentivación y desarrollo de la ciudad, aunque sea modesto, a nivel económico y turístico. Solo falta que alguien le vuelva a decir, “relevántate y reanda”. Sin negar todo lo que se ha conseguido hasta el momento… 

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