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¿CÓMO EXPLICAR EL PROBLEMA DEL MAL Y DEL MAL, II?

“¿Cómo explicar el problema del mal y del Mal, II?”.

Continuamos con el análisis del mal, de la maldad, del Mal en Eurasia en el siglo veinte, pero que se puede extender a otras zonas del mundo, en ese siglo o en anteriores. Para intentar si sabemos o conocemos algo más de este fenómeno, pongamos diríamos medidas para que se puedan remediar o solventar o minimizar.

- Según el poder de cada entidad o de cada persona, sus concepciones teóricas y profundas, especialmente sus hábitos morales, son esenciales. Aplicable a una fábrica, una entidad sociopolítica intermedia o máxima. Por lo cual, el autoanálisis de las propias heridas y traumas, es esencial, porque si no se cura de esas heridas y traumas, un individuo que alcanza un puesto de poder, sea de un tipo o de otro. Al final, transmitirá esas heridas a otros. Sea un poder máximo sociopolítico, o muy alto, o intermedio… Una moral correcta o incorrecta, teórica o práctica, en una persona concreta o en una entidad, es una razón de bien o de mal, que se transmitirá en las escalas inferiores de responsabilidad.

Solución, la sociedad y todas las entidades que lo forman y conforman, personas y equipos de personas, de poderes que se insertan en personas o en colectivos. Tienen que tener, de las morales diversas y diferentes que existen, la moral o ética, teórica más perfecta o mejor, y la práctica moral, que lleven la más perfecta o al menos, huir de las formas más imperfectas. Porque el poder se transmite, es una cadena, y a mayor poder, sin una moral correcta, los males son mayores. Cada uno según su responsabilidad…

- No podemos negar, que las no-democracias, que además, en sus líderes máximos o en sus ideologías, son en mayor o menor grado ateas, han sido una fuente y causas de enormes males, porque a esos sistemas sociopolíticos, y a sus líderes máximos y altos, no tienen por lo general, ningún sistema de matización del poder. Es decir, no existen entidades jurídicas, sociales, morales, religiosas, tradicionales que limiten su poder. Por lo cual, su poder, se convierte en omnímodo, no solo en la práctica o el ejercicio del poder, sino en la armonización o contraprestación de su propio poder, práctico y teórico, jurídico y social. No existen entidades que limen. Por eso, sociedades tradicionales, que no son absolutamente democráticas, pero como con el tiempo, han ido perfilando contrapesos, poderes tradicionales que han ido limitando, costumbres, o leyes sociales. Cómo resultado esos sistemas, tienen más límites, los límites de la tradición o de las religiones o costumbres, etc. Pero sistemas no democráticos, sin balanza de lo religioso, se convierten, en sistemas omnímodos y casi omnipotentes, a y en todos los ámbitos.

Solución, las religiones, en concreto el cristianismo, pero en general todas, son un elemento esencial del equilibrio del poder, del máximo poder y de los poderes intermedios, de los que ejercen el poder máximo e intermedios. En los sistemas, sociopolíticos que se niega la necesidad o la influencia de las religiones, de las grandes religiones, o incluso se les ataca, y este ataque puede ser de muchos modos y maneras y formas y concreciones. Y el siglo veinte, ha sido un siglo de enormes persecuciones contra las religiones, especialmente el cristianismo. Esto ha sido una causa esencial, para que las no-democracias y determinados sistemas políticos, caigan en errores mucho más grandes, que si hubiesen sido no-democracias, pero con respeto a las religiones tradicionales de sus territorios o de sus historias. Esto, es obvio y evidente, aunque no queramos verlo. Se sabe, de personas religiosas que gestionaron campos de concentración en Eurasia, en la medida que pudieron eran más humanas, que las que eran ateas. Sin decir con ello, que los ateos en sistemas no democráticos, no tengan una moral, pero el siglo veinte, nadie se ofenda, que si unes un sistema no democrático, un sistema sociopolítico ateo, una persona atea, se juntan tres tipos de conjuntos de factores, que pueden ser muy explosivos y negativos. Solo hay que mirar el siglo veinte, porque al final, el “poder que ejerce esa persona concreta, sea en una entidad o en otra, no cree que un día tenga que ser juzgado por una Autoridad Espiritual o Dios superior…”.

- Toda ley o norma, que se sabe, que una gran parte de la sociedad, no la acepta, debe ser matizada o consensuada. De ahí, que el sistema democrático, tiene los sistemas de autocontrol, y la sociedad, puede tener un papel. Pero los sistemas no-democráticos, pueden irse por la pendiente, de ir creando leyes y normas, que sean aceptadas de buen grado por solo una parte, la sociedad, una gran parte, no puede hacer nada, porque les han quitado todos los mecanismos de control que la sociedad, ejerce sobre el poder máximo…

Solución, esto puede parecer sin importancia, pero es esencial. El máximo poder y sus órganos máximos, tienen, que respetar el orden legal constituido, pero además, tienen que permitir, que la sociedad pueda expresar su voz, y se le tenga en cuenta, en la medida de lo posible. Es decir, porque hay leyes y normas, que surgen de los máximos poderes, y la mayoría de la población no las acepta. Por lo cual, en los sistemas democráticos, que pueden saber, en mayor o menor grado lo que el pueblo, expresa o desea, tienen que tenerlo en cuenta, para que no sea un martillo por parte del poder sobre una parte importante, de la sociedad. Tanto en sistemas democráticos o no-democráticos. Pero en estos segundos, la rectificación y la voz del pueblo o parte de él, es muy limitada, porque se ha ido mermando, limitando, cercenando con prácticas concretas, con leyes, con normas, etc.

- Los traumas personales de las personas que ocupan el máximo poder, o los altos niveles del poder, son esenciales para entender y explicar muchas realidades, que después, se materializan en leyes o en prácticas. El siglo veinte, lo muestra y lo demuestra. Si analizamos una docenas de grandes líderes, seremos consciente, que una parte importante de líderes no-democráticos, tienen o han tenido graves traumas en sus infancias o en sus adolescencias, en relación, casi siempre con el padre. Con lo cual, han podido llevarles a una personalidad no sana del todo, en mayor o menor medida sociopática o psicopática.

En concreto, un líder máximo no-democrático del siglo veinte, que su sobrina estuviese embarazada por una persona de una determinada etnia. Y que esa sobrina muriese, todavía sin explicaciones claras. Pudo ser un elemento, de venganza contra toda esas personas y de esa etnia. Especialmente en un sistema omnipotente del poder sociopolítico.

Solución, es obvia, es el análisis, por los órganos internos de las mismas fuerzas sociopolíticas, de la salud psicológica de los líderes que aspiran al poder máximo de sus partidos o entidades sociopolíticas, de tal modo, que personas que se puedan presentir que no están sanos, no les dejen ellos mismos ascender al máximo poder, o a los poderes máximos de la sociedad…

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